Un catalizador abre la puerta al reciclaje de plásticos sin clasificar

Investigadores de Northwestern logran convertir residuos plásticos mezclados en aceites y ceras sin necesidad de separación previa.
Catalizador de níquel recicla plásticos sin tener que clasificar

La clasificación de residuos plásticos ha sido por años un cuello de botella para el reciclaje eficiente. Separar manualmente polietileno, polipropileno y otros polímeros se traduce en tiempo, recursos y muchos errores. Pero un nuevo avance desde la Universidad Northwestern promete cambiar el juego: un catalizador a base de níquel que permite reciclar poliolefinas sin necesidad de clasificarlas.

¿Cómo funciona el proceso con el catalizador de níquel?

El equipo científico ha desarrollado un catalizador molecular de sitio único que actúa sobre enlaces carbono-carbono, descomponiendo las poliolefinas como el PE y PP a temperaturas 100 °C más bajas y con 10 veces menos catalizador que los métodos existentes. A través de hidrogenólisis, los residuos se transforman en aceites y ceras líquidas, con aplicaciones industriales de mayor valor que los plásticos de origen.

Uno de los puntos más relevantes es su tolerancia al PVC, un material que normalmente arruina los procesos de reciclaje debido a su toxicidad térmica. No solo el catalizador soporta su presencia, sino que su eficiencia aumenta en mezclas con hasta un 25 % de PVC, un hallazgo inesperado que podría redefinir los límites del reciclaje químico.

A diferencia del reciclaje mecánico, que produce pellets de baja calidad, esta solución ofrece una vía hacia el suprarreciclaje. El uso de níquel (un metal accesible) en lugar de platino o paladio, allana el camino hacia una implementación a gran escala en industrias. Además, el catalizador es reutilizable mediante un tratamiento simple, lo que mejora aún más su viabilidad económica y ambiental.

Catalizadores para cerrar el ciclo del plástico

Con más de 220 millones de toneladas anuales de poliolefinas generadas en el mundo y tasas de reciclaje por debajo del 10%, esta innovación representa una oportunidad estratégica. Si se logra escalar, podría significar una reducción masiva de residuos en vertederos y una mejora significativa en los sistemas de gestión urbana.

Las expectativas están puestas ahora en su adaptación industrial, donde empresas y gobiernos podrían adoptar este método para transformar el modelo de gestión de plásticos desechables.

Fuente y foto: Universidad de Northwestern