Inspenet, 25 de diciembre 2023.
El proyecto conocido como Liquid 3 (árbol líquido), desarrollado por el Instituto de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Belgrado en Serbia, presenta una alternativa sostenible para entornos urbanos con espacio limitado o altos niveles de contaminación, donde la plantación de árboles resulta impracticable.
Estos fotobiorreactores urbanos aprovechan la capacidad de las microalgas para absorber el CO2, generar oxígeno y biomasa, siendo, según expertos, “entre 10 y 50 veces más eficientes que un árbol”.
YPF se ha sumado a esta iniciativa instalando este tipo de “árbol líquido” en una de sus estaciones de servicio. El módulo de microalgas en este “árbol líquido” utiliza CO2 y aire para su crecimiento, contribuyendo a la purificación del entorno. Cada unidad de este árbol líquido, conocido como Y-Algae y desarrollado en colaboración con la empresa Y-TEC e Inbiotec-Conicet, se estima que es equivalente a aproximadamente 20 árboles forestales jóvenes en términos de capacidad para purificar el aire.
Una porción del módulo se actualiza regularmente y las microalgas empleadas en él, al llegar al final de su ciclo de vida, se aprovechan como fertilizante para el suelo.
¿Cómo funciona el árbol líquido?
Priscilla Minotti, profesora e investigadora en la Escuela de Hábitat y Sustentabilidad de la Universidad de San Martín (Unsam), explicó que esta estructura consiste en un amplio recipiente de agua con paredes transparentes y microalgas unicelulares de agua dulce de color verde.
“Una bomba inyecta continuamente aire del entorno (con altos niveles de CO2) y hace circular el agua para que las algas, mediante la fotosíntesis, absorban el CO2 y liberen oxígeno, al igual que otros organismos fotosintéticos como los árboles“, agregó.
Esta tecnología biotecnológica sustituye la función de un árbol o el equivalente a doscientos metros cuadrados de césped, según informaron los desarrolladores serbios en su página web. Destacaron que sus principales ventajas incluyen aspectos ambientales, al adoptar un enfoque alternativo de sostenibilidad ecológica; beneficios económicos, gracias a la utilización eficiente del espacio público y beneficios sociales, al fomentar una mayor conciencia sobre la protección del medio ambiente.
“Los beneficios de las microalgas son un montón. Tienen la capacidad de dividirse y de crecer cuando están en condiciones apropiadas, y son capaces de fotosintetizar. Es decir, utilizan CO2, lo fijan para generar biomasa y en el proceso de fotosíntesis liberan oxígeno“, detalló a esta agencia María Mar Areco, investigadora del Conicet y docente de la Unsam.
En relación con la eficacia de “sustituir” la plantación de árboles en entornos urbanos con altos niveles de contaminación o “limitaciones de espacio”, la experta indicó que, si bien estos dispositivos cumplen su función, los beneficios sistémicos que aportan los árboles en cualquier entorno, especialmente en las ciudades, superan la simple producción de oxígeno y la “remediación parcial del aire”.
Sus características
El “árbol líquido” de origen serbio presenta una configuración rectangular que incluye un panel solar, iluminación nocturna, un estanque que alberga microalgas, un puerto USB para cargar dispositivos y un asiento con capacidad para tres a cuatro personas.
Respecto a la composición de estos árboles, Minotti señaló que su diseño incorpora materiales cuya producción no es sostenible, como el vidrio plano, el acero y los paneles solares. Además, Areco advirtió que, dado que las microalgas tienen un crecimiento continuo, es necesario eliminar la biomasa antigua o fallecida y renovarla de manera constante.
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