Por: Franyi Sarmiento, Ph.D., Inspenet, 27 de julio de 2022
La demanda mundial de electricidad se desaceleró considerablemente en este 2022, debido a la disminución de la actividad económica y a la subida de los precios, lo que debería permitir una ligera disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector a pesar del mantenimiento del carbón, según indicó la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Este año, el crecimiento de las capacidades renovables (solar y eólica) debería superar el del consumo de electricidad. Se espera que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la producción de electricidad disminuyan en comparación con el pico alcanzado en 2021, a pesar del retorno del carbón en algunos países, según un informe de la AIE sobre los mercados de la electricidad.
Sin embargo, la reducción de las emisiones sería inferior al 1%, según se destaca. El dióxido de carbono es uno de los principales impulsores del cambio climático. Este año la demanda de electricidad crecerá 2,4%, frente a un aumento del 6% en 2021, año de recuperación pospandemia, según el análisis. Esta cifra lleva al mundo a un crecimiento similar al de antes del Covid-19.
Se prevé que las fuentes de electricidad de origen renovable aumenten en más del 10% en 2022, gracias a un nivel récord de nuevas instalaciones. También que el volumen de electricidad generada a partir de combustibles fósiles disminuya globalmente un 1%. En cuanto a la energía nuclear, su producción disminuirá 3%.
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Fuente: https://www.petrolnews.net/noticia.php?r=42949
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