Una startup del MIT quiere transformar la infraestructura estadounidense desde sus cimientos. Se trata de Allium Engineering, una empresa fundada por dos doctores en ingeniería que ha desarrollado un recubrimiento de acero inoxidable para barras de refuerzo, que permite prolongar la vida útil de puentes y estructuras hasta 100 años.
La propuesta a favor de la vida útil de puentes
En la actualidad, el promedio de vida útil de un puente en Estados Unidos ronda los 30 años. La razón principal de este deterioro acelerado es la corrosión en las varillas de acero al carbono que refuerzan el concreto. Estas, al oxidarse, expanden su volumen, generan grietas y debilitan toda la estructura.
Para enfrentar este problema, Allium Engineering aplica una delgada capa de acero inoxidable a las varillas corrugadas tradicionales, sin alterar el proceso de fabricación habitual. Este método crea una protección efectiva contra la corrosión sin cambiar las propiedades estructurales del material.
Producción nacional y escalabilidad industrial
La tecnología de Allium ya se está aplicando. En su planta de Billerica, Massachusetts, la startup produjo 100 toneladas de varilla tratada durante el último año, utilizadas en obras civiles en estados como California y Florida. La empresa asegura que su sistema puede integrarse en cualquier planta siderúrgica sin modificar las operaciones existentes.
Este enfoque permite escalar rápidamente, con el objetivo de establecer instalaciones cerca de las principales acerías del país, lo que reduciría los costos logísticos y aceleraría la adopción del recubrimiento.
Fundadores con trayectoria en ciencia de materiales
Steven Jepeal y Sam McAlpine, los fundadores de Allium, son doctores del MIT con experiencia en entornos extremos. Inspirados por proyectos de fusión nuclear y colaboraciones con Tata Steel, aplicaron sus conocimientos en ciencia de materiales al ámbito civil.
La idea era clara: mejorar la durabilidad sin aumentar los costos. El recubrimiento se aplica al acero reciclado durante las primeras etapas de laminación, como si se tratara de pasta a escala industrial. El resultado es una varilla que conserva más del 95% de su composición original, pero resiste la corrosión durante décadas.
Menos mantenimiento y reducción de emisiones
La adopción masiva de este tipo de acero tendría efectos significativos en el mantenimiento de infraestructura y en el medio ambiente. Al reducir la necesidad de reconstrucción frecuente se disminuyen las emisiones de carbono asociadas a la producción y transporte de materiales.
Allium planea expandir el uso del recubrimiento a otros productos estructurales como rieles ferroviarios, vigas y tuberías. Sin embargo, su foco inmediato permanece en las varillas corrugadas dado su rol crítico en la mayoría de las obras públicas.
La empresa no solo plantea una solución a un problema técnico, sino que propone un nuevo estándar de durabilidad para la infraestructura del siglo XXI.
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Fuente y foto: MIT