Por: Ariana Méndez Lugo – INSPENET, 17 de diciembre 2021
A pesar del estancamiento que supuso y supone la pandemia para el petróleo, el sector petroquímico mundial experimentó un crecimiento considerable, lo cual signó el año 2020 como un período que transformó a la industria química.
En 2020 la pandemia del covid-19 trastocó todos los campos y con el devenir de los meses, la crisis económica puso de manifiesto en grandes naciones, los inéditos desafíos para la industria petroquímica, más aún para aquellos países que decidieron no respaldar a dicho sector, ejemplo de ellos, México.
Basta ver que, desde inicios de 2021, el Consejo Europeo aplicó un tributo sobre residuos de envases no reciclados con lo cual, empresas de alto alcance en la petroquímica, informaron sobre el empleo de resina plástica reciclada, razones por las que la sostenibilidad de diversas empresas que apoyan las iniciativas gubernamentales, han experimentado un gran impulso en la productividad, cuestión que contrasta con los inicios de la pandemia que trajo una dura contracción dadas las medidas de confinamiento, cierre de empresas y demás inseguridades.
Si bien es cierto que las nuevas refinerías se alzan en Medio Oriente y Asia, en Europa y Estados Unidos es tendencia el cierre de plantas y el viraje de las mismas, a la producción petroquímica y fabricación de biocombustibles.
Esto permite deducir que, la industria petroquímica del mundo, salvo ciertos casos, opuso resistencia y se alzó con volúmenes de producción y ganancias considerables que permitieron el sostén de diversas compañías, conducidas principalmente por el auge en la demanda de envases de consumo, debido a la creciente dependencia de productos de limpieza, higiene y protección individual.