La Red Star Catcher permitirá que las naves espaciales generen entre 5 y 10 veces más energía sin modernización.
El robot, de apenas 56 gramos, puede seguir rutas de hasta 100 metros utilizando menos de 20 bytes de memoria por metro recorrido.
Está equipado para adaptar su uso de herramientas en tiempo real, ajustando la presión y el ángulo gracias a sus avanzados sensores para ejecutar tareas con precisión casi humana.
La metodología de la Masterclass incluye 11 fases estructuradas que aseguran desde el compromiso de la alta dirección hasta la mejora continua.
Los microrreactores nucleares podrán ser una solución viable en la propulsión de naves espaciales, como brindar energía en las futuras misiones espaciales.
El robot es capaz de ajustar sus movimientos en tiempo real, lo que le permite adaptarse a diversos diámetros y formas de tuberías.
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