Operador de terminales marítimas: El motor de la excelencia operativa

Los operadores son quienes garantizan seguridad, continuidad y eficiencia en cada operación portuaria, convirtiéndose en el eje de la excelencia operativa.
Operador de terminal marítima supervisando maniobras y operaciones portuarias frente a un buque portacontenedores.

El operador de una terminal marítima cumple una función técnica dentro de la industria portuaria; representa la esencia de la seguridad, la eficiencia y la continuidad de las operaciones. En un entorno donde conviven grandes buques, cargas críticas y sistemas tecnológicos avanzados, la capacidad de los operadores para decidir con precisión marca la diferencia entre excelencia y vulnerabilidad.

El factor humano, con sus habilidades y valores, se convierte en el motor que impulsa la gestión marítima moderna. Su talento aporta resiliencia, adaptabilidad y visión estratégica, proyectando a las terminales portuarias hacia estándares de clase mundial.

Factores humanos críticos: evidencia 2025

Recientemente, un estudio publicado en 2025 en ScienceDirect reforzó esta visión al identificar, mediante el método DEMATEL, los factores humanos críticos que inciden en la seguridad marítima. La investigación concluyó que la capacitación, la comunicación y la motivación del personal son determinantes para prevenir incidentes y sostener la continuidad operativa en terminales portuarias.

Este análisis demuestra que, incluso con la evolución tecnológica del sector, el verdadero motor de la excelencia sigue siendo el operador de terminal marítima. Un capital humano preparado y resiliente no solo reduce accidentes, sino que también potencia la eficacia de los sistemas y protocolos, garantizando operaciones más seguras y eficientes en el largo plazo.

¿Por qué es importante el factor humano en los terminales?

La gestión marítima moderna está respaldada por infraestructura avanzada y sistemas de control digitalizados. Sin embargo, detrás de cada procedimiento exitoso existe un operador de terminal marítima capaz de evaluar riesgos, tomar decisiones y mantener la seguridad en operaciones críticas. La tecnología, aunque indispensable, no sustituye el valor del juicio humano en situaciones que requieren rapidez, intuición y experiencia.

En las terminales portuarias, la supervisión directa y la interpretación de señales contextuales son insustituibles. Un radar puede detectar un obstáculo, pero es el operador quien decide cómo actuar para minimizar el impacto. De ahí que el factor humano se entiende como un recurso estratégico que asegura la resiliencia y la sostenibilidad de las operaciones.

Roles y habilidades no técnicas en operaciones críticas

El operador de terminal marítima enfrenta situaciones donde la presión y la responsabilidad son constantes. No es suficiente con dominar aspectos técnicos de las operaciones portuarias: se requieren competencias blandas como comunicación efectiva, liderazgo situacional y manejo del estrés.

Un ejemplo claro ocurre durante emergencias. La rapidez con la que un operador transmite información coordina con otras áreas y mantiene la calma puede significar la diferencia entre un evento controlado y una crisis. La gestión marítima reconoce que estas habilidades no técnicas son tan determinantes como la supervisión de cargas o maniobras de atraque.

Operaciones de monoboya: Controles de riesgos en el personal

Las monoboyas, utilizadas para carga y descarga de hidrocarburos, son un punto crítico en la logística energética. Aquí, el operador de monoboyas adquiere un papel central, pues debe aplicar procedimientos rigurosos para prevenir incidentes que afectarían la operación y el medio ambiente.

El control de riesgos en una monoboya depende de la disciplina, la capacitación y la atención constante del personal. Detectar anomalías en válvulas, controlar presiones o supervisar el fondeo no pueden delegarse solo a sensores. La intervención humana garantiza que cualquier desviación se identifique a tiempo.

Competencia y capacitación para operadores de terminales

En un mundo portuario en constante evolución, la competencia profesional no se logra solo con la experiencia acumulada. La capacitación continua es la herramienta que permite al operador de terminal marítima actualizarse frente a nuevos estándares de seguridad, normativas internacionales y tecnologías emergentes.

Lo mismo aplica a los operadores de monoboyas, quienes deben dominar tanto la operación técnica como los protocolos ambientales. Programas de simulación, entrenamientos prácticos y certificaciones internacionales fortalecen la confianza y eficacia del personal. Invertir en formación significa reducir incidentes y mantener la competitividad de las operaciones portuarias.

Caso de éxito: operadores que transforman resultados

En el puerto de Apapa (Nigeria), APM Terminals demostró que un operador de terminal marítima bien preparado e incentivado puede transformar la operación. Bajo una supervisión activa y programas de formación continua, se instauraron medidas como la política de “cero peatones” en patio, gestión estricta de contratistas y entrenamientos periódicos en seguridad y resiliencia.

Los resultados hablan por sí mismos:

  • – 94 % en LTIF (lesiones con tiempo perdido).
  • 400 días sin LTI (récord histórico).
  • 9.696 horas-hombre de capacitación en 2023.
  • 175 operadores formados en Lean/WoW, mejorando productividad y servicio al cliente.

Este modelo de operadores capacitados, motivados y reconocidos redujo incidentes, optimizó procesos y elevó la moral del equipo. Para los supervisores, significó equipos más autónomos, menos interrupciones y un entorno laboral seguro y eficiente.

Ingeniería de resiliencia: Construir, probar, aprender

La ingeniería de resiliencia se ha consolidado como pilar de la gestión marítima moderna. Este enfoque parte de una premisa clara: los sistemas portuarios y las personas que los operan deben estar preparados no solo para evitar fallos, sino también para aprender de ellos y adaptarse.

En las terminales portuarias, la resiliencia implica entrenar al personal en escenarios de alta presión, simular fallas críticas y extraer lecciones que fortalezcan la capacidad de respuesta. Se trata de construir organizaciones capaces de absorber impactos, mantener la operatividad y mejorar indicadores clave gracias al aprendizaje continuo.

El talento humano en el centro de las operaciones marítimas

Las terminales portuarias y las operaciones de monoboyas dependen de protocolos estrictos y procesos bien diseñados. Pero detrás de cada engranaje se encuentran las personas. Es el talento humano el que convierte la gestión marítima en una actividad segura, eficiente y sostenible.

La cultura organizacional, la capacitación y la resiliencia del personal son la base de la continuidad operativa. Reducen incidentes, mejoran KPIs y fortalecen la confianza de clientes y comunidades. Apostar por el operador de terminal marítima significa invertir en el futuro de la excelencia operativa.

Para alcanzar estos estándares, las organizaciones deben reforzar la formación y la consultoría especializada. Desarrollar competencias, entrenar en resiliencia e impulsar el liderazgo humano son pasos decisivos para que los terminales portuarios y las monoboyas sigan siendo motores de desarrollo seguro y competitivo.


Este artículo fue desarrollado por el especialista Mario Toyo y publicado como parte de la sexta edición de la revista Inspenet Brief Septiembre 2025, dedicada a contenidos técnicos del sector energético e industrial.