De las estrellas al mar: Mi viaje a través del END

Un recorrido profesional por las industrias aeroespacial y energética revela la evolución técnica y normativa en ensayos no destructivos.
Técnicos realizando ensayos no destructivos en estructuras offshore durante una inspección en plataforma marina

El campo de los Ensayos No Destructivos (END) es una de las pocas profesiones que combina ciencia, ingeniería, resolución práctica de problemas y oportunidades globales. Es una carrera que, para muchos, incluyéndome a mí, comienza en un lugar y lleva a destinos jamás imaginados. Mi trayectoria en END me ha llevado desde la fabricación e inspección de hardware para vuelos espaciales de la NASA, hasta trabajar en el exigente mundo del petróleo y gas, muchas veces en entornos tan implacables como el espacio exterior. Y aunque las industrias y normas difieren, hay algo que permanece igual: la responsabilidad del inspector es vital para la seguridad humana, la protección ambiental y la confiabilidad de los equipos. 

Comencé mi carrera como tornero, con habilidades moderadas y expectativas aún más modestas. Al crecer en una familia de clase media, jamás imaginé que un día trabajaría en la industria aeroespacial o viajaría por el país inspeccionando componentes críticos para misiones. Conseguí empleo con Lockheed Martin bajo el contrato de ingeniería en el Centro Espacial Johnson (JSC) de la NASA, donde inicialmente producía muestras de Probabilidad de Detección (POD) para el Programa de Proyectos Especiales de Evaluación No Destructiva (NDE). El trabajo era gratificante, pero rutinario, hasta que un lunes por la mañana se me presentó una oportunidad que cambiaría todo. 

El gerente del programa me preguntó si quería asistir a una capacitación sobre Corrientes de Eddy que se realizaba en nuestro laboratorio. La condición era sencilla: si entraba un trabajo de mecanizado, tendría prioridad y tendría que salir de la clase. Acepté rápidamente, sin saber en ese momento que esa decisión marcaría el inicio de una carrera que cambiaría mi vida. Esa capacitación fue mi primer paso en el mundo del END, un campo que llegaría a definir mi identidad profesional y me ofrecería un pasaporte a experiencias que solo había visto en cómics y documentales. 

A medida que me adentraba en el END, comprendí cuán amplio y técnicamente diverso es realmente el campo. Abarca numerosos métodos de inspección. Ensayos Ultrasónicos (UT), Radiografía (RT), Corrientes de Eddy (ECT), Partículas Magnéticas (MT), Líquidos Penetrantes (PT), y más cada uno con su propósito y complejidades. Pero más allá de la tecnología, fue la aplicación de estas herramientas en distintas industrias lo que realmente me abrió los ojos. 

La transición de la inspección de componentes aeroespaciales a la de equipos petroleros fue una experiencia reveladora. En la industria aeroespacial, especialmente con hardware apto para vuelos tripulados, los riesgos son extremadamente altos. Los materiales suelen ser aleaciones ligeras y de alta resistencia diseñadas para un rendimiento máximo bajo tolerancias mínimas. Defectos tan pequeños como 0.025 pulgadas (0.635 mm) pueden ser inaceptables debido a la criticidad de la aplicación. Todo se calcula con gran precaución. El proceso de detección de defectos en estas piezas es riguroso, incluyendo estudios de POD con un nivel de confianza del 90/95 y pruebas prácticas obligatorias para garantizar que el inspector pueda identificar consistentemente defectos en o por debajo de estos umbrales.

En cambio, los componentes del petróleo y gas suelen ser mucho más grandes y gruesos. Tuberías de perforación, risers, cabezales de pozo y equipos de control de presión pueden no transportar astronautas, pero operan bajo presiones extremas y peligros ambientales. Aunque los tamaños de defecto aceptados en esta industria son a veces mayores debido a la redundancia estructural y los márgenes de diseño, las fallas pueden ser catastróficas, especialmente en entornos marinos donde la reparación es compleja y los riesgos ambientales son elevados. 

A pesar de las diferencias en materiales, funciones y riesgos, ambas industrias dependen en gran medida del END para garantizar la seguridad y confiabilidad. A medida que las tecnologías evolucionan, vemos un cruce significativo. La comercialización del espacio ha generado nueva demanda de inspectores calificados con experiencia tanto en aeroespacial como en energía. De igual forma, métodos avanzados como END por Arreglo de Fases (PAUT), Radiografía Digital (DR) y Tomografía Computarizada (CT), usados durante mucho tiempo en el sector aeroespacial, están siendo adoptados en el sector petrolero para mejorar la precisión de detección y la trazabilidad de los datos. 

Otra diferencia importante entre ambas industrias radica en la certificación del personal y la estandarización. Los técnicos aeroespaciales suelen estar calificados bajo NAS-410, que incluye exigencias estrictas de formación en aula, experiencia laboral supervisada y documentación de desempeño. Esta norma refleja la naturaleza crítica del hardware de vuelo, donde incluso las fallas menores pueden poner vidas en peligro. 

En contraste, los técnicos de petróleo y gas suelen certificarse bajo ASNT SNT-TC-1A o ANSI/ASNT CP-189. Estas normas permiten mayor flexibilidad, particularmente cuando los programas son gestionados por el empleador. Aunque no son inherentemente menos rigurosas, asignan mayor responsabilidad al empleador para definir los criterios de formación, evaluación y recertificación.

Además, los parámetros de inspección difieren notablemente. En petróleo y gas, la radiografía gamma es más común debido a su capacidad para penetrar materiales de paredes gruesas en campo, mientras que los penetrantes visibles (Tipo II) suelen preferirse sobre los fluorescentes para detectar grietas superficiales. Las inspecciones ultrasónicas comúnmente utilizan ángulos de onda de corte específicos adaptados a la geometría y espesor de la soldadura. En aeroespacial, las inspecciones tienden a utilizar penetrantes fluorescentes, sistemas de rayos X microenfocados y métodos ultrasónicos diseñados para geometrías delgadas e intrincadas. 

Navegar por la amplia variedad de normas aplicables y requerimientos específicos del cliente ha sido una de las partes más desafiantes y educativas de mi carrera. En petróleo y gas, el Instituto Americano del Petróleo (API) establece la base para el diseño e inspección de equipos, con normas como API 5CT, API 6A y otras que guían las pruebas de tuberías, cabezales y equipos de control de presión. Estas normas suelen hacer referencia o integrar el Código ASME de Calderas y Recipientes a Presión, Sección V, que sigue siendo la columna vertebral universal de los procedimientos END en distintas industrias. 

En aeroespacial y vuelos espaciales, las especificaciones suelen tener origen militar o ser emitidas por la NASA. El hardware crítico y apto para vuelos tripulados debe cumplir niveles adicionales de escrutinio, incluyendo umbrales especializados de detección de tamaño de defectos y el uso obligatorio de pruebas de POD. La intersección de normas de la NASA con los códigos ASME garantiza consistencia técnica, pero la documentación, auditorías y revisiones en el ámbito aeroespacial están en un nivel aparte. 

Quizás lo más gratificante es la confianza compartida en el inspector. Sin importar la industria, tecnología o norma, es en última instancia la habilidad, integridad y profesionalismo del técnico END lo que garantiza que los defectos sean detectados, evaluados y documentados correctamente. Esa responsabilidad me ha llevado desde salas limpias hasta plataformas de perforación, desde escaneos ultrasónicos de tubos espaciales hasta inspecciones con ondas de corte en soldaduras submarinas. 

Hoy tengo el honor de servir no solo como Nivel III Responsable en Astrion, sino también como Profesor de END en Lone Star College y Defensor del END en 4 Point NDT. Compartir mis experiencias con estudiantes y profesionales me permite retribuir a una profesión que me dio propósito y oportunidades. Ya sea formando a la próxima generación de inspectores o abogando por estándares más altos en distintas industrias, sigo impulsado por la convicción de que el END es una piedra angular de la seguridad moderna y la integridad en ingeniería. 

De las estrellas al mar, mi viaje por el END ha sido uno de crecimiento, desafíos y descubrimiento y está lejos de terminar.


Este artículo fue desarrollado por el especialista Eddie C. Pompa y publicado como parte de la quinta edición de la revista Inspenet Brief Agosto 2025, dedicada a contenidos técnicos del sector energético e industrial.