Introducción
La demanda de energía a nivel mundial ha ocasionado un consumo desmedido de combustibles fósiles (petróleo, el gas natural y el carbón), causando la intensificación del efecto invernadero, debido a que los principales productos de la combustión son dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de azufres y de nitrógenos, generando efectos catastróficos como la lluvia acida y el smog fotoquímico, en consecuencia actualmente se están realizando investigaciones científicas dedicadas a desarrollar tecnologías para la generación de energías más eficientes y menos contaminantes, a través de otras fuentes alternativas como las energías renovables como fuentes de energía limpias e inagotables
En este contexto el hidrógeno representa la propuesta energética más novedosa de los combustibles alternativos, con respecto a los fósiles y emisores de gases contaminantes, de efecto invernadero y con un gran potencial como un vector energético. Sin embargo, es un combustible difícil de obtener, y su procesamiento desde el punto de vista económico no es rentable acarrea gastos exorbitantes debido a que no se encuentra de forma aislada en la naturaleza y se almacena en estado gaseoso o líquido (Figura 1).
¡Entonces! ¿Se podría generar un sistema energético piloto apoyado en este elemento?
Teniendo en consideración todo lo anterior es importante plantear nuevas tecnologías alternativas, como las fuentes renovables de energía, en este contexto el hidrogeno se presenta como un elemento vinculado a solucionar los aspectos ambientales. En el caso del uso del hidrógeno como combustible primario, el tema del impacto al medio ambiente se reduce drásticamente, pues el único producto de la reacción electroquímica es vapor de agua, por lo que la emisión de contaminantes a la atmósfera es cero; lo cual, lo califica como un vector energético protagonista de una alternativa viable hacia un modelo energético sostenible.
Tecnología sostenible
Uno de los principales problemas es la forma de producirlo el hidrógeno, generalmente se extrae a partir de los compuestos de los que forma parte: el agua, el gas, los hidrocarburos, el biogas, y la biomasa entre otros. Separar el hidrógeno de estos elementos es un proceso complejo.
Existen tres métodos industriales para obtener hidrógeno a partir de diferentes fuentes de energía: la transformación molecular, la gasificación del carbón y la electrolisis de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2), siendo este último método, el proceso de producción más costoso; sin embargo, el uso de energía no renovable como fuente, abarataría los costos y convertiría al hidrógeno formado por electrólisis en la alternativa energética más sostenible del mercado con cero emisiones de CO2 ( Figura 2).
La dificultad para obtener hidrógeno 100% limpio ha llevado a la clasificación del producto resultante en función de su valor sostenible: hidrógeno gris, es el más utilizado y el menos respetuoso con el ambiente, debido a su generación por combustible fósil. El hidrógeno azul o bajo en carbono procesado también a partir de combustibles fósiles. La opción más ecológica es el ‘hidrógeno verde’, producido a partir de energías renovables, una alternativa 100% sostenible.
Entonces ¿será el hidrógeno el combustible limpio del futuro?
Todavía existe un largo camino por recorrer con varias interrogantes y acciones, especialmente con relación a la inversión para llevar a cabo la transición energética que implica la descarbonización, una vez superados los retos aún sin resolver.
Se espera para el 2050, que la disminución del precio de las energías renovables acabará convirtiendo al hidrógeno generado por electrólisis en la alternativa energética más sostenible del mercado, mediante una economía basada en el hidrógeno.
Conclusión
El éxito del hidrógeno generado por electrólisis representaría la alternativa energética más sostenible y la solución basada en un combustible limpio y fácil de usar que podría solucionar tanto las necesidades del consumo doméstico como del transporte y terminaría con la dependencia energética de combustibles fósil (el gas natural). Algo que solo será posible si las instituciones, internacionales, dan una oportunidad a la eterna promesa de los combustibles limpios.