Frente a un mercado cada día más competido, solo pocos pueden sobrevivir a los cambios que genera el entorno global, la apertura de nuevos mercados y el juicio cada vez más exigente de los consumidores o clientes de productos y servicios; por lo cual, es necesario maximizar la generación de valor de los procesos y lograr alineación organizacional con los objetivos y metas empresariales.
Siendo el mantenimiento un proceso medular del negocio, toda corporación o empresa que desee alcanzar altos estándares de mantenibilidad, confiabilidad y disponibilidad debe desplegar estrategias dirigidas a la conceptualización, modelado , diseño e implantación de un proceso robusto de mantenimiento que permita identificar y diagnosticar, planificar y programar, ejecutar y controlar el mantenimiento preventivo, así como los requerimientos correctivos de los equipos e instalaciones, con el propósito de maximizar la eficiencia y efectividad de la gestión.
Aun cuando esta tarea parece básica y sencilla un alto porcentaje de las empresas del sector industrial, adolecen de un proceso de mantenimiento que opere de forma sistemática y continua a lo largo de la organización y que involucre a los actores principales en las etapas claves del este, tanto en su ejecución como en su mejora continua.
Barreras y desafíos para la implantación de la cadena de valor de mantenimiento
- EL PROCESO: contar con un diseño y un modelado estructurado basado en niveles desde las fases macro, pasando por procesos, subprocesos, actividades y tareas que incorporen la esencia de las prácticas de clase mundial en el desarrollo del mantenimiento industrial.
- PLATAFORMA TECNOLÓGICA: el segundo elemento es la plataforma tecnológica que debe soportar y facilitar la ejecución del proceso y sus actividades. No solo se trata de automatizar la gestión de mantenimiento, se debe registrar data valiosa de los activos y su desempeño, masificar el uso de las ODT´s como máxima entidad de información sobre el mantenimiento de los activos y por último es fundamental crear memoria organizacional; es decir, documentar el proceso y sentar las bases para gestionar el conocimiento que se genera en el proceso y por ende en la organización.
- GENTE: el tercer elemento y no menos importante será el recurso humano que opera los procesos a todo lo largo de la cadena de valor; el cual, debe estar motivado, involucrado y comprometido con la misión y visión de la organización. Solo con su aporte y contribución continua, será posible mantener la data actualizada y el proceso de mantenimiento en marcha, para lograr alcanzar los niveles de gestión esperados en términos de mantenibilidad, confiabilidad y disponibilidad de los activos.
Es difícil ensamblar y engranar estos tres elementos descritos, con frecuencia se requerirá de un liderazgo visible y comprometido que modele y faculte a la organización a todo nivel, que inspire con su ejemplo y que sirva de norte para alcanzar los retos que enfrentan las corporaciones y empresas en este siglo XXI.