¿Renovables o estancamiento? Impacto real de las políticas de transición en la supresión de los combustibles fósiles

Inspenet, 23 agosto 2023. Existe, hoy en día, una comprensión arraigada acerca de la utilización de hidrocarburos provenientes de restos orgánicos fósiles por parte de la humanidad; la cual, está ejerciendo una influencia perjudicial sustancial sobre el entorno natural. Como resultado, ha surgido una creciente demanda para la eliminación de los combustibles fósiles y la transformación hacia fuentes de energía renovable.
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Inspenet— Energía fósil Vs. energía renovable

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Autor: José López M. Inspector/Analista, 23 agosto 2023.

Introducción

Existe, hoy en día, una comprensión arraigada acerca de la utilización de hidrocarburos provenientes de restos orgánicos fósiles por parte de la humanidad; la cual, está ejerciendo una influencia perjudicial sustancial sobre el entorno natural.

Estos hidrocarburos fósiles generan emisiones contaminantes a nivel local en los puntos de extracción y aplicación, y su persistente empleo está dando lugar a perturbaciones de larga duración en el sistema climático global.

No obstante, la implementación de cambios significativos en nuestros patrones de conducta ha demostrado ser un desafío de considerable complejidad para las políticas de transición.

El uso de combustibles fósiles ha sido asociado con el fenómeno del cambio climático, la degradación del medio ambiente y la disparidad económica. Como resultado, ha surgido una creciente demanda para la eliminación de los combustibles fósiles y la transformación hacia fuentes de energía renovable.

Este artículo examina el impacto efectivo de las políticas de transición dirigidas a la eliminación de los combustibles fósiles, teniendo en cuenta diversos aspectos como la adopción de energías renovables, los cambios en la composición de la matriz energética y los desafíos involucrados en este proceso.

Políticas de transición energética

Las políticas de transición hacia una matriz energética más sostenible y limpia se enfrenta a diversos desafíos significativos que abarcan aspectos como la inversión y financiamiento, la intermitencia y el almacenamiento de energía renovable.

Así como también a la adaptación de infraestructuras y redes eléctricas, el impacto social de la transición, la necesidad de tecnología e innovación, la política y regulación, la coordinación global, la educación y percepción pública, la competitividad económica, la disponibilidad de recursos y suministros, entre otros.

Además, se deben actualizar las infraestructuras y redes eléctricas para integrar y gestionar de manera óptima la energía alternativa, al tiempo que se abordan los impactos sociales de la transición, asegurando una transformación justa para las comunidades afectadas.

Asimismo, es fundamental aumentar la conciencia pública y superar las percepciones erróneas a través de la educación sobre la importancia y los beneficios del cambio energético.

Desde una perspectiva científica, resulta evidente que es imperativo rediseñar nuestro sistema energético con el fin de suprimir por completo las emisiones de dióxido de carbono (CO2). No obstante, además de los obstáculos técnicos inherentes, la intrínseca naturaleza del fenómeno del cambio climático introduce una complejidad que también lo hace políticamente complicado de abordar.

Una reducción gradual en la producción de combustibles fósiles es crucial para mitigar los impactos más severos de la crisis climática. Sin las políticas de transición enfocadas en limitar el suministro de estos combustibles, gran parte de las reducciones de emisiones logradas a través de medidas para disminuir la demanda de combustibles fósiles podrían ser anuladas.

Consumo de energía procedente de combustibles fósiles

El consumo de energía por países suele reflejar más el tamaño de la población que el consumo real de combustibles fósiles por persona. ¿Cómo se ven estas comparaciones cuando las ajustamos en función de la población?

En el gráfico de la figura 1, se puede apreciar la cantidad de energía procedente de combustibles fósiles consumida por persona. Se trata de la suma de la energía primaria procedente del carbón, el petróleo y el gas. Se observa que a nivel global los mayores consumidores utilizan más de diez veces la cantidad de energía fósil que algunos de los consumidores más pequeños1.

Consumo de combustible fósil percápita 2022: Políticas de transición.
Figura 1. Consumo de combustible fósil percápita 20221.

Si bien es necesario avanzar hacia la neutralidad de carbono, es importante reconocer que el gas natural y el petróleo seguirán siendo elementos esenciales en la transición energética.

Es fundamental que se implementen estrategias que permitan un uso responsable y sostenible de los combustibles fósiles, en línea con los objetivos de reducción de emisiones y la promoción de fuentes de energía más limpias.

La transición hacia fuentes de energía bajas en carbono requiere de tecnología y políticas de transición sólidas que impulsen el avance en una nueva dirección. Esta comprensión nos permitirá identificar las mejores estrategias para avanzar hacia un futuro basado en fuentes de energía que generen bajas emisiones de carbono.

La energía verde deriva de fuentes intrínsecamente regenerativas. (Por ejemplo, la captación de energía eólica a través de aerogeneradores o de energía solar mediante celdas fotovoltaicas no impacta la disponibilidad futura de viento o luz solar).

El planeta recibe una notable cantidad de energía solar, incluso en el contexto de nuestras sociedades modernas de alta demanda energética. La radiación solar que alcanza las regiones habitables de la Tierra supera en más de 1,000 veces la energía obtenida globalmente a partir de los combustibles fósiles anualmente.

Transición hacia fuentes de energía más limpias

La tecnología moderna desempeña un papel fundamental en la transición hacia fuentes de energía más limpias. Los aerogeneradores y las células fotovoltaicas solares aprovechan de manera eficiente los flujos de energía solar y los convierten en electricidad, superando en eficiencia a los métodos tradicionales como la quema de biomasa.

Además, los costos de la energía eólica y solar fotovoltaica han experimentado una disminución significativa, convirtiéndose en tecnologías convencionales y económicamente viables.

Al mismo tiempo, las fuentes de generación de electricidad existentes como la energía nuclear y la hidroeléctrica también ofrecen la ventaja de no generar emisiones de CO2. Estas innovaciones tecnológicas contribuyen al desarrollo de un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Impacto del crecimiento de las energías renovables en los sistemas energéticos

Actualmente, se discute sobre el rápido crecimiento de las tecnologías renovables; sin embargo, es importante conocer ¿Qué porcentaje de energía primaria procede de energías renovables? Y ¿cuál es
el impacto de este crecimiento en los sistemas energéticos?

En el siguiente gráfico de la figura 2, se aprecia la proporción del consumo de energía primaria que procede de tecnologías renovables: la combinación de energía hidroeléctrica, solar, eólica, geotérmica, undimotriz, mareomotriz y biocombustibles modernos [no se incluye la biomasa tradicional, que puede ser una importante fuente de energía en entornos de renta baja]2.

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Figura 2. Proporción de energía primaria procedente de fuentes renovables 20222.

Electrificar todo es un gran plan como políticas de transición.

No obstante, la concepción de “electrificar todo” es ambiciosa hasta un cierto grado, debido a que no todos los procesos pueden ser adaptados de manera sencilla a la electrificación.

Algunas características inherentes a los hidrocarburos fósiles, como su densidad energética y su capacidad para generar altas temperaturas, resultan difícil de emular.

La densidad de energía inherente a los hidrocarburos fósiles adquiere una importancia significativa en el ámbito del transporte. Dado que un vehículo debe transportar su fuente energética durante su desplazamiento, el peso y el volumen de dicha fuente resultan elementos cruciales.

Los vehículos propulsados por electricidad se perfilan como una solución ampliamente respaldada para suplantar el empleo de derivados del petróleo; no obstante, no resultan una solución universalmente idónea.

En el caso de vehículos que transportan cargas ligeras y tienen la posibilidad de recargar con frecuencia, como los automóviles de pasajeros, la penalización de peso de las baterías no representa un problema significativo.

Sin embargo, en sectores como la aviación, el transporte marítimo o el transporte de distancias largas en camiones, donde es necesario transportar cargas pesadas a lugares bien alejados sin la posibilidad de recargas frecuentes, la disparidad en la densidad de energía entre los combustibles fósiles y las baterías plantea un desafío considerable.

¿Qué fuente renovable es más importante?
Teniendo en cuenta la cuota de energía primaria utilizada para generar electricidad, la fuente renovable más relevante del mundo es la hidroeléctrica (sobre todo la hidráulica), seguida de la eólica, la solar y luego todas las demás. Hablando en cifras, de los 7.931 TWh (teravatios-hora) de electricidad generada en todo el mundo a partir de fuentes renovables en 2021, unos 4.274 TWh (casi el 54%) proceden de la energía hidroeléctrica, unos 1.862 TWh (más del 23%) de la eólica y unos 1.033 TWh (o el 13%) de la solar3.

La electricidad generada a partir de fuentes alternativas no puede ser la solución para reducir las emisiones en aquellos procesos que no pueden operar con electricidad. En estos casos, se requieren combustibles de carbono cero que puedan replicar las propiedades de los combustibles fósiles, es decir, combustibles con alta densidad energética que puedan ser quemados.

Aunque existen varias opciones, cada una de ellas presenta ventajas y desventajas, y en general requieren un mayor esfuerzo para ser comercialmente y ambientalmente viables.

Los principales responsables del cambio climático.

La energía limpia desempeña un papel fundamental en la búsqueda de un futuro más seguro en términos climáticos. La producción de energía es responsable de una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global, especialmente a través de la quema de combustibles fósiles para generar electricidad y calor.

Estos combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, son los principales responsables del cambio climático, representando más del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y casi el 90% de las emisiones de dióxido de carbono.

La comunidad científica ha dejado claro que, para evitar los impactos más graves del cambio climático, es necesario reducir las emisiones casi a la mitad para 2030 y alcanzar cero emisiones netas para 2050.

Para lograr este objetivo, es fundamental poner fin a nuestra dependencia de los combustibles fósiles y enfocarnos en fuentes alternativas de energía que sean limpias, accesibles, asequibles, sostenibles y confiables.

Las energías limpias, que se encuentran en abundancia a nuestro alrededor, como la eólica, la solar, la hidroeléctrica, biomasa, y geotérmica, son energías que se renuevan de forma natural y emiten muy pocos o ningún gas de efecto invernadero ni contaminantes al aire.  

Aunque los combustibles fósiles aun representan más del 70% de la producción mundial de energía, las fuentes de energía verde están ganando terreno. Actualmente, alrededor del 30% de la electricidad proviene de fuentes renovables.

Aproximadamente un 80 por ciento de la población global reside en naciones caracterizadas por su condición de importadores netos de hidrocarburos fósiles, lo que implica que alrededor de 5 mil millones de individuos dependen de la provisión de derivados del petróleo y carbón provenientes de otros estados, exponiéndolos a situaciones de vulnerabilidad ante crisis y perturbaciones geopolíticas.

Por contraste, las fuentes de energía renovable se encuentran accesibles en todos los países y su potencial no ha sido aprovechado a plenitud.

Las energías renovables conllevan la posibilidad de desvincularse de la dependencia en importaciones, brindando la oportunidad a las naciones de diversificar sus bases económicas y resguardarlas de las oscilaciones impredecibles en los valores de los hidrocarburos fósiles, al mismo tiempo que promueven un desarrollo económico abarcador, la creación de empleos y la mitigación de la pobreza.

La incertidumbre sobre el momento exacto en que los efectos del calentamiento global se vuelvan abrumadores no nos exime de la responsabilidad de actuar de manera contundente.

A medida que el sistema climático se ve sometido a una mayor presión y se enfrenta a efectos negativos, es imperativo tomar medidas más estrictas cuanto antes.

La naturaleza acumulativa del sistema climático nos indica que cuanto más tiempo esperemos, mayores serán los desafíos que enfrentaremos.

Es necesario tomar medidas inmediatas en los sectores de electricidad y vehículos eléctricos, donde es más factible implementar soluciones. Además, debemos enfocarnos en construir edificios nuevos altamente eficientes en términos energéticos.

La premisa de actuar más pronto se basa en la necesidad de enfrentar los desafíos del cambio climático de manera más efectiva y evitar mayores complicaciones en el futuro.

¿Renovables o estancamiento? Debatir sobre el impacto real de las políticas de transición en la supresión de los combustibles fósiles.. La eliminación completa de los combustibles fósiles puede no ser factible en el corto plazo debido a factores económicos, técnicos y de infraestructura.

El estancamiento no es una opción sostenible, pero la transición tampoco puede ser impulsada únicamente por objetivos idealistas. Es necesario abordar los desafíos de manera equilibrada, considerando la seguridad energética, la creación y pérdida de empleos, así como los efectos en las comunidades que dependen de la industria de los combustibles fósiles. La diversificación de la matriz energética es importante, así como la promoción de la eficiencia energética y la educación pública sobre la importancia de reducir la huella de carbono.

Conclusión

En última instancia, el camino a seguir involucra un compromiso global para lograr un equilibrio entre las metas ambientales y las realidades económicas. La evolución hacia un sistema energético más sostenible requerirá cooperación, adaptabilidad y un enfoque pragmático para aprovechar las oportunidades que ofrecen las energías renovables sin ignorar las complejidades que conlleva su adopción. En lugar de una dicotomía entre “Renovables o estancamiento”, es hora de avanzar hacia una perspectiva de “Renovables y pragmatismo”, donde la innovación y la acción deliberada se unan para forjar un futuro energético más limpio y viable para las generaciones venideras.

Referencias:

  1. Revisión estadística del Instituto de Energía de la energía mundial (2023).
  2. Hannah Ritchie, Max Roser and Pablo Rosado (2022) – “Energy”. Published online at OurWorldInData.org. Retrieved from: ‘https://ourworldindata.org/energy’
  3. https://ourworldindata.org/fossil-fuels

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