¿El vehículo de hidrógeno: futuro prometedor o pura fantasía?

Introducción

Los vehículo de hidrógeno siguen generando ciertos recelos en relación con los siguientes aspectos: desde su rentabilidad hasta su seguridad, la poca información sobre estos y su escasa presencia en el mercado actual ha generado una serie de mitos sobre los mismos, pero ¿cuánta verdad hay detrás de estos vehículos?

Actualmente, el hidrógeno representa la gran alternativa energética del futuro. En este contexto, algunas empresas del ramo automotriz han decidido concentrar sus esfuerzos en desarrollar esta tecnología con el fin de sustituir a los combustibles fósiles como la gasolina y el gasoil y reducir las emisiones de contaminantes de la industria automovilística al medio ambiente.

Sin embargo, la falta de información sobre el hidrógeno ha despertado toda clase de mitos a su alrededor a diferencia de la alternativa eléctrica, que cada vez está cautivando el interés mundial en este tipo de vehículos.

Como es el vehículo de hidrógeno

Un vehículo de hidrógeno es un vehículo con un motor eléctrico que genera electricidad a través de la reacción química que se produce en una pila de combustible en la que se mezclan hidrógeno y oxígeno (Figura 1). Semejantes a los vehículos eléctricos, las diferencias entre ambos radican en que los coches de hidrógeno tan solo tardan cinco minutos en abastecer de combustible y en que tienen una autonomía comparable a la de los modelos convencionales, debido a que posee una batería, para almacenar energía y no para alimentar al vehículo.

Mitos sobre el coche de hidrógeno

Actualmente, el hidrógeno es uno de los combustibles más limpios y respetuosos con el medioambiente; sin embargo, existe una gran controversia en cuanto al uso de esta tecnología, calificándolo como un fluido peligroso, costoso y contaminante, expresiones totalmente fuera de la realidad.  A continuación se exponen los mitos más resaltantes con respecto al uso de estos vehículos.

• Peligrosidad

La peligrosidad probablemente representa la mayor preocupación en torno a estos vehículos. Generalmente, se piensa que el almacenamiento de hidrógeno puede causar explosiones; sin embargo, este gas tiene un riesgo de explosión mucho más bajo que el de otros combustibles convencionales gracias a su volatilidad, induce a que éste en caso de fuga se disipe, sin llegar a alcanzar la concentración necesaria para detonar. El hidrógeno tiene un grado de inflamabilidad muy amplio y un riesgo de explosión mucho menor a otros combustibles utilizados, se vuelve reactivo entre el 18,3% y 59% de concentración en el aire; mientras que, la gasolina tan solo necesita un 1% para explotar. Además, el hidrógeno es un gas que se eleva y se dispersa, mientras el propano o los vapores de la gasolina se acumulan en el suelo. Sin embargo, para certificar la confiabilidad, estos vehículos son sometidos a diferentes pruebas de seguridad en las que los depósitos se queman, se exponen a ácido y a altas temperaturas con el fin de garantizar que no se produzcan accidentes.

• Contaminación

El hidrógeno es, un gas incoloro, inodoro e insípido y uno de los elementos químicos más abundante en la naturaleza. A diferencia del petróleo, que es una fuente primaria, el hidrógeno puede producirse a partir de energías renovables como la eólica, solar o la hidráulica, así que no genera ningún tipo de emisión contaminante. Por el contrario, toman aire contaminado del exterior para funcionar y a cambio, solo expulsan vapor de agua, por lo que su impacto al medio ambiente es positivo.

• Son muy costosos

Finalmente, existe un tercer mito alrededor de estos vehículos; el cual, está referido a los altos costos de las pilas de combustibles de hidrógeno. Pero, si bien es cierto que actualmente las pilas tienen un precio elevado, es importante considerar que estamos ante una tecnología incipiente con elevados costos de producción. Lo mismo aconteció, al principio, con los primeros vehículos: todo lo nuevo es costoso; sin embargo, el paso del tiempo inevitablemente traerá consigo nuevos métodos de producción que reducirán los costos logrando; que los mismos, sean accesibles (Figura 2).

¿Es seguro la reposición de combustible?

El hidrógeno es un elemento químico muy ligero que, en condiciones normales, es incoloro, inodoro y no contamina. En este artículo explicamos las diferentes vías de producción de este combustible, una tecnología no perjudicial para el medio ambiente. El líquido expulsado por los vehículos de pila de combustible es el vapor de agua que surge de la producción de electricidad que acaba condensada y se emite al ambiente.

Esta seguridad se traslada, también, al momento del almacenamiento y reposición del combustible. El almacenamiento del hidrógeno implica mucho volumen y la técnica más utilizada para su conservación es en forma de gas. Se almacena a muy baja presión y es la manera más económica hasta la fecha, junto con el estado líquido que implica temperaturas muy bajas y un aislamiento superior.

A diferencia de un automóvil eléctrico, el de pila de combustible no se recarga mediante un enchufe. En su lugar dispone de unos tanques de hidrógeno que mezclan dicho gas con oxígeno para generar la propulsión del vehículo. El tiempo de carga es, sin duda, el punto débil de los vehículos eléctricos. Los coches propulsados por pila de combustible no tienen ese problema. Su recarga se realiza de forma casi idéntica al de uno de gasolina y diésel, mediante una manguera acoplada de forma segura y sin fugas (Figura 3).

Conclusión

Mito o realidad, el hidrógeno en un futuro no muy lejano representa una fuente de energía limpia e infinita, por lo que no se vería afectada por las fluctuaciones económicas en función de su suministro y procesamiento. La utilización del hidrógeno como combustible de cero emisiones de CO₂, ya que solo expulsa agua tras su utilización como método de propulsión, lo caracteriza como una tecnología con una alta potencialidad energética en el  ámbito de la movilidad, en sustitución de los combustible fósiles.

Referencias

1 -Electro síntesis y Electrodiálisis, José Ramón O Gómez.

2. Fundamentos de Electródica, José M Acosta.

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