Inspenet, 28 de agosto 2023.
La Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba), en colaboración con Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) y otras instituciones, han inaugurado la primera planta tratadora de agua con microalgas en Argentina. Según un artículo de divulgación científica y tecnológica de Fauba llamado “Sobre la Tierra” y escrito por Sebastián Tamashiro, esta planta es el resultado de un proyecto interinstitucional.
En este proyecto se han utilizado microorganismos para reducir diariamente grandes cantidades de contaminantes en 12.000 litros de aguas residuales urbanas y, al mismo tiempo, producir alrededor de 1 Kg de insumos para biofertilizantes. La iniciativa busca ofrecer oportunidades tanto ambientales como productivas, con costos energéticos y económicos bajos, con la intención de expandir esta experiencia a municipios y empresas del sector agrícola en todo el país.
El equipo involucrado en el proyecto explicó que “sus tres reactores de 40 m² llamados raceway por su forma de pista de carreras, en un día son capaces de disminuir el 90% de la materia orgánica, el 95% del nitrógeno y el 50% del fósforo, entre otros contaminantes de hasta 12.000 litros de agua y generar casi un kilo de materia prima para elaborar bioinsumos”.
Debido a que las microalgas se encuentran en diferentes entonos acuáticos, Agustín Rearte, profesor en la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la Fauba, menciona que actualmente se emplean como suplementos alimentarios tanto para seres humanos como para peces. “Estas dos propiedades se aplican en la primera planta de tratamiento de aguas con microalgas en Argentina. Las microalgas eliminan los nutrientes y la materia orgánica del agua residual, lo que equivale a “tratar el agua”. A medida que aumenta su biomasa, se pueden utilizar como biofertilizantes. Después de obtener buenos resultados a escala de laboratorio, decidimos validar esta tecnología en un entorno más grande”.
La planta basada en microalgas se encuentra en la Planta Depuradora Sudoeste de AySA, que se encarga de tratar aguas residuales cloacales urbanas de la región de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires. “En un solo día, las algas lograron tratar 12 mil litros de agua y reducir el 90% de la materia orgánica, el 95% del nitrógeno y el 50% del fósforo, entre otros contaminantes. La producción máxima diaria de biomasa microalgal fue de 760 gramos”, informan.
Más detalles sobre la planta tratadora de agua con microalgas
Según Rearte, la planta piloto funciona con tres reactores: “Cuenta con un sistema de agitación que impulsa el agua y distribuye las algas de forma homogénea. Los reactores son de baja profundidad para que la luz del sol llegue a las microalgas. Este sistema reduce los costos energéticos y económicos de una planta convencional y además produce un bioproducto para aplicar en la agricultura”.
“La instalación está equipada con un sistema de monitoreo y análisis que evalúa el funcionamiento de la planta. “Hemos implementado modelos de aprendizaje virtual e inteligencia artificial que nos permiten optimizar y automatizar sus operaciones, además de prever su rendimiento en otras ubicaciones del país. Nuestro objetivo es consolidar esta tecnología y extender su aplicación tanto en el sector público como en el privado. Las plantas de tratamiento con microalgas podrían ser implementadas en municipios sin sistemas de tratamiento de agua o con procesos ineficientes y suficiente espacio disponible, así como en instalaciones agropecuarias como feedlots, tambos y otros sistemas de producción animal intensiva”, explicó.
En la misma línea, Carolina González, del Centro de Investigaciones de AySA, resaltó la importancia de la colaboración entre la empresa y el ámbito académico: “Este enlace nos permite intercambiar conocimientos y desarrollar proyectos como esta planta de microalgas”. Según informaron, otros colaboradores en el proyecto incluyen a la Universidad de Almería, la empresa de inteligencia artificial TDK, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, Ubatec y la Fundación Bunge y Born.
“Es muy importante poder aplicar estas innovaciones en territorio y que los proyectos tengan un gran impacto social. Que lleguen a la mayor cantidad de gente posible”, cerró.