Inspenet, 10 de agosto 2023.
Realizar tareas de mantenimiento en líneas eléctricas de alta tensión representa desafíos significativos para los técnicos encargados de ejecutar estas labores. Por suerte, ahora cuentan con un aliado valioso: un robot.
El Grupo de Robótica, Visión y Control (GRVC) es un centro de investigación afiliado a la Universidad de Sevilla que tiene una gran experiencia en el área. Este equipo es dirigido por Aníbal Ollero, un doctor ingeniero y catedrático en Robótica de la Universidad de Sevilla con especialización en la concepción y optimización de robots y vehículos aéreos no tripulados. En la actualidad, el GRVC está involucrado en más de 20 proyectos y uno de ellos tiene como objetivo principal mejorar la seguridad de los técnicos responsables de la infraestructura eléctrica.
Uno de ellos es el proyecto AERIAL-CORE, que tiene como propósito desarrollar nuevas tecnologías y sistemas robóticos aéreos que estén dotados de capacidades analíticas, lo que les posibilitaría abordar operaciones de inspección y mantenimiento en infraestructuras que presentan dificultades de acceso.
Es por ello que este equipo de investigadores ha creado un robot de construcción ligera que se encarga a través de sus brazos de implementar en las líneas eléctricas los dispositivos de disuasión de aves que exige la normativa para evitar que las aves colisionen con los cables y estén expuestas a la posibilidad de sufrir descargas eléctricas.
El robot y las líneas eléctricas
Esta ingeniosa creación tiene un peso de 3 kg y se caracteriza por contar con dos brazos y una plataforma con ruedas, lo que le confiere una notoria versatilidad. También cuenta con una plataforma con ruedas le permite sujetarse de forma estable a la línea eléctrica y moverse a lo largo de ella. Además, gracias a los dos brazos, es capaz de implantar en la línea el dispositivo disuasorio para aves que exige la regulación actual. Esta estrategia evita que los técnicos de mantenimiento deban llevar a cabo este proceso de forma manual, lo que implica afrontar los riesgos inherentes a esta tarea.
La estrategia del GRVC para situar este robot sobre la línea eléctrica radica en emplear un dron de tipo multirrotor diseñado para “capturarlo” y desconectarse de manera adecuada una vez que la máquina se encuentra posicionada sobre la línea de alta tensión, a aproximadamente 10 metros de altura.
Una vez completada la instalación del dispositivo espantapájaros, el dron vuelve a acoplarse a él y lo coloca nuevamente en el suelo sin que haya sufrido daños. El tiempo necesario para colocar el robot en la línea es de aproximadamente 80 segundos y el intervalo requerido para recuperarlo una vez que ha cumplido su función es de unos 110 segundos, lo que significa que la operación en su totalidad lleva aproximadamente 4 minutos (esto incluye el tiempo para instalar los dispositivos espantapájaros). Es innegable que todo el esfuerzo dedicado a mejorar la seguridad de las personas que trabajan en este tipo de instalaciones vale la pena en gran medida.
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