Inspenet, 12 de agosto 2023.
La NASA ha demostrado un fuerte interés en la extracción de agua del polo sur de la Luna y parece que ha encontrado un enfoque viable.
La NASA ha renovado su compromiso con las exploraciones y misiones en la Luna, como lo demuestra el programa Artemis. Sin embargo, además de esto, los científicos de la agencia espacial estadounidense tienen otros objetivos, entre ellos la extracción de agua en el polo sur de nuestro satélite. Un nuevo estudio sugiere que esta labor de “minería” podría ser menos desafiante de lo que se creía.
Se sabe, o al menos se tiene una sólida hipótesis, de la existencia de depósitos de agua en los polos de la Luna. En estas regiones la oscuridad prevalece como una manta, lo que ha permitido la formación de hielo en la superficie o en sus proximidades. La NASA busca aprovechar esta agua congelada para sus futuras expediciones y misiones.
La exploración del agua en la Luna está siendo abordada desde diversas perspectivas. Recientemente se supo que el desarrollo de un rover por parte de la NASA, diseñado para llevar a cabo expediciones en los polos lunares. Este que tiene la forma de un carrito de golf y pesa 450 kilos, será una pieza clave en estas investigaciones.
Además de este vehículo autónomo, existe otro enfoque con buenas posibilidades de cumplir con la misma misión. La NASA eligió este plan y estudio después de que fuera presentado al Instituto de Conceptos Avanzados (NIAC) en 2019. El autor de esta propuesta es George Sowers, un experto en recursos espaciales y profesor de Ingeniería Mecánica en la Escuela de Colorado.
El estudio titulado “Extracción térmica de hielo en cuerpos fríos del sistema solar”, aunque denominado simplemente “extracción térmica” en un artículo de Phys, describe una técnica sencilla y al mismo tiempo innovadora para obtener agua de cuerpos celestes, lo cual también es aplicable a la Luna.
El proceso de extracción de la NASA
El proceso consiste en utilizar un gran espejo que refleje la luz solar y la concentre en la superficie donde se encuentre el hielo. De esta manera, el hielo se transforma en vapor de agua y comienza a desprenderse de la superficie.
Una vez que el hielo se haya convertido en vapor de agua, se requiere su recolección. Al encontrarse en el aire en forma de suspensión, al ser aspirado y trasladado a un recipiente, se condensará nuevamente en estado líquido. Posteriormente, los astronautas pueden emplearla para consumo humano, propulsión de cohetes y para la respiración.
Explicado de ese modo no parece tan difícil. Así lo ha recogido Phys en el artículo:
“Nada de esto es un gran salto tecnológico: no necesitamos desarrollar tecnologías sofisticadas para fabricar esos tres componentes. Sin embargo, nunca antes se les había dado este uso, por lo que vale la pena quitarles el riesgo”.