Inspenet, 16 de julio 2023.
Hace unos días Toyota mostraba algunos avances en el sector de las baterías; dos nuevas generaciones que se caracterizarán por su elevada densidad energética y compatibilidad con las recargas ultrarrápidas. Ahora, el fabricante japonés ha ampliado la información sobre sus trabajos poniendo el dedo sobre la cuestión de su producción y su coste.
El pasado martes, el fabricante japonés confirmó que había logrado un gran avance en la tecnología de baterías que le permitirá producir celdas con la mitad el peso, volumen y el coste, lo que podría allanar el camino para avances en el sector del coche eléctrico y la movilidad en general.
Toyota había presentado previamente sus planes para lanzar nuevos modelos que usarán las avanzadas baterías con electrolito sólido a partir de 2025. Una química que ofrece muchas ventajas sobre las baterías con electrolito líquido.
¿Qué ofrecen las baterías de electrolito sólido?
Una de las claves, además de la mejora de su densidad energética, es que Toyota ha logrado simplificar el proceso de producción de los materiales utilizados para fabricar estas baterías, calificando el descubrimiento como un importante avance que podría reducir drásticamente los tiempos de carga y aumentar la autonomía.
La compañía japonesa ha desarrollado procesos para ofrecer packs con más de 1.200 kilómetros de autonomía a un coche medio, con un tiempo de carga de 10 minutos o menos, y además hacerlo con unas celdas que usarán menos materiales y serán más baratas que las baterías de litio.
Y aquí precisamente es donde entra el principal argumento de Toyota, que busca desarrollar un tipo de batería que mejore en todos y cada uno de sus aspectos a las celdas de litio, algo que para los expertos sin duda ayudará a mejorar la propuesta de los coches eléctricos y disparar sus ventas.
Eso sí, todavía habrá que esperar a ver estas baterías en el mercado, ya que Toyota ha indicado que sus primeros coches en montarlas no llegarán al mercado hasta 2027.
Por lo tanto, unos cuatro años donde las baterías de litio podrán seguir evolucionando para recortar las presuntas ventajas del electrolito sólido.