Inspenet, 12 de julio 2023.
A pesar de que nuestro planeta cuenta con abundantes reservas de hidrocarburos, las cuales se encuentran principalmente en Rusia y el Golfo Pérsico, la más significativa se encuentra en Titán: la luna de Saturno.
Además de compartir muchas características con la Tierra, Titán (que no es el único satélite de Saturno) posee una superficie rocosa que presenta amplias extensiones de líquidos en su superficie.
Otro aspecto similar es el entorno, pues las tormentas y anticiclones están presentes. Sin embargo, en Titán, los mares están compuestos de metano, mientras que los desiertos están formados por silicatos e hidrocarburos.
Como parte de las misiones de exploración, la sonda Cassini-Huygens calculó la profundidad de uno de los mares de Titán en 2013, revelando que esta luna tiene 40 veces más hidrocarburos que la suma de todas las reservas de petróleo existentes en la Tierra.
¿Es viable la minería en la luna de Saturno?
Los recursos de la Tierra tienen diversos usos, siendo el más conocido su aplicación para la obtención de combustible. Sin embargo y gracias a la abundancia de recursos de hidrocarburos en Titán, este lugar se convierte en un destino comercial muy atractivo, a pesar de que se presentan varios problemas y dilemas en el camino.
En primer lugar, la explotación de estos recursos debe ser rentable, pero actualmente no se cuenta con la tecnología necesaria. Incluso si se tuviera, los hidrocarburos en esta luna probablemente no sean lo suficientemente valiosos como para que el esfuerzo valga la pena.
No obstante, su existencia plantea el tema de la viabilidad de la minería espacial. La NASA misma ha afirmado que el valor de los minerales almacenados en el cinturón de asteroides del Sistema Solar equivale a aproximadamente 100 mil millones de dólares por cada habitante de la Tierra.
Haciendo una comparación, la producción anual de metales en bruto en la Tierra alcanza los 660 millones de dólares, mientras que en los asteroides extraídos podría ascender a un millón de cuatrillones, es decir, un número seguido de treinta ceros. Esto cambiaría por completo el paradigma de la economía mundial actual.
En 2014, estudiantes de la Universidad de Tel Aviv estimaron que el primer envío de metales de un asteroide a la Tierra podría provocar una caída en el precio del oro de hasta un 50% y lo mismo ocurriría con otros metales extraídos del espacio. En el caso de Titán, esto también tendría un impacto en el mercado de los hidrocarburos.