Introducción
La transición energética hacia fuentes de energía renovable y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son aspectos clave para el desarrollo sostenible en América Latina. En los últimos años, la región ha experimentado un crecimiento significativo en la implementación de tecnologías limpias, así como un compromiso renovado de los países para abordar los desafíos ambientales y promover la energía sostenible.
La transición energética se refiere al conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía con el objetivo de mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
La principal causa del cambio climático es el efecto invernadero, que ocurre cuando ciertos gases presentes en la atmósfera atrapan una parte de la radiación térmica emitida por la superficie de la Tierra, provocando el calentamiento global.
La actividad humana ha provocado un aumento en la concentración de algunos de estos gases de efecto invernadero en la atmósfera, especialmente dióxido de carbono (CO₂). El objetivo de la transición energética es transformar el sistema energético promoviendo las energías renovables, la economía circular y otras formas de reducción de emisiones.
Este movimiento implica crear conciencia sobre el consumo de energía responsable y sostenible, así como establecer pautas de eficiencia energética mediante la electrificación y digitalización de todos los procesos y sectores de la economía.
En este informe, analizaremos las principales oportunidades y desafíos que enfrenta América Latina en su transición energética, centrándonos en la implementación de tecnologías de energía renovable y la reducción de emisiones.
Oportunidades
Recursos naturales abundantes: América Latina es rica en recursos naturales, como la radiación solar, el viento, la biomasa y la energía hidroeléctrica. Estos recursos ofrecen una gran oportunidad para diversificar la matriz energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Costos competitivos: El costo de las tecnologías de energía renovable, como la solar y la eólica, ha disminuido significativamente en los últimos años. Esto ha hecho que estas tecnologías sean cada vez más competitivas en comparación con las fuentes de energía convencionales, lo que brinda una oportunidad para una transición rentable hacia la energía limpia en la región.
Demanda en crecimiento: América Latina experimenta un aumento constante en la demanda de energía. La implementación de tecnologías de energía renovable puede ayudar a satisfacer esta creciente demanda de manera sostenible y reducir la vulnerabilidad a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles.
Beneficios socioeconómicos: La adopción de energías renovables puede generar empleo y promover el desarrollo económico en la región. La inversión en proyectos de energía limpia puede crear oportunidades de empleo local, fomentar la innovación y atraer inversiones extranjeras1.
Desafíos
Infraestructura y financiamiento limitados: Aunque ha habido avances significativos, la falta de infraestructura adecuada y el acceso limitado a financiamiento siguen siendo desafíos importantes para la implementación de proyectos de energía limpia en la región. Se requiere una mayor inversión y colaboración tanto a nivel nacional como internacional para superar estas barreras.
Marco regulatorio y político: La falta de marcos regulatorios claros y políticas energéticas estables puede obstaculizar el desarrollo de proyectos de energía verde. Es crucial establecer un entorno favorable para la inversión y la adopción de tecnologías limpias, incluyendo incentivos fiscales, subsidios y tarifas justas de conexión a la red.
Integración de la red eléctrica: La incorporación de una mayor capacidad de energía renovable en la red eléctrica plantea desafíos en términos de estabilidad y gestión de la demanda. Se requiere una planificación cuidadosa y la modernización de la infraestructura de la red para garantizar una transición fluida y segura hacia una mayor participación de fuentes de energía limpia.
Sensibilización y participación ciudadana: La concientización y la participación pública son fundamentales para fomentar una cultura de energía sostenible en la región. Es necesario promover la educación y la sensibilización sobre los beneficios de las energías alternativas y la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La curva de Keeling es una representación gráfica que ilustra las variaciones en la concentración atmosférica de dióxido de carbono desde 1958 (Figura 1). Su construcción se fundamenta en mediciones periódicas llevadas a cabo en Mauna Loa, Hawái, bajo la supervisión de Charles David Keeling. Estas mediciones constituyeron la primera evidencia de los incrementos acelerados en los niveles de dióxido de carbono en la Atmosfera2.
El dióxido de carbono (CO₂) es un gas traza de gran relevancia en la composición atmosférica de la tierra, con una concentración actual aproximada del 0,04% (400 partes por millón). A pesar de su baja proporción, el (CO₂) contribuye como gas de efecto invernadero.
Iniciativas y esfuerzos de los países latinoamericanos para la transición energética
Varios países de América Latina han demostrado un fuerte compromiso con la transición energética y han implementado iniciativas significativas para promover el uso de energías renovables.
Muchos de estos logros se deben a la energía hidroeléctrica (Figura 2), por diversas razones. Primero, la energía hidroeléctrica es aún la mayor fuente de energía renovable en la matriz eléctrica brasileña, 73,6% de la generación renovable es hidroeléctrica (67,7% de la generación total), y representa cerca de 46% de la generación eléctrica a nivel regional.
Segundo, además de proveer energía renovable, los embalses hidroeléctricos existentes proveen el almacenamiento que las tecnologías de generación variable, como la eólica y la solar, requieren para poder expandirse. Es decir, las hidroeléctricas funcionan como la batería virtual del sistema eléctrico, y han permitido el desarrollo de las otras fuentes renovables de una forma sostenible y con bajas emisiones.
Tercero, las hidroeléctricas proveen otros servicios auxiliares (como manejo de frecuencia, potencia reactiva e inercia), esenciales para el funcionamiento del sistema eléctrico3.
América Latina presenta numerosas oportunidades para la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible. Los recursos naturales abundantes, los costos competitivos de las tecnologías renovables, la creciente demanda de energía y los beneficios socioeconómicos son factores que favorecen el desarrollo de energías limpias en la región. Sin embargo, persisten desafíos relacionados con la infraestructura, el marco regulatorio, la integración de la red eléctrica y la sensibilización pública.
Los esfuerzos y las iniciativas implementadas por los países latinoamericanos muestran un compromiso sólido con la transición energética. A través de políticas, inversiones y metas ambiciosas, estos países están avanzando hacia un futuro más sostenible y resiliente. Es fundamental continuar promoviendo la colaboración regional, la inversión y la innovación para superar los desafíos restantes y acelerar la adopción de energías renovables en América Latina
Los países suramericanos y latinoamericanos están llevando a cabo una serie de proyectos innovadores para generar energías alternativas y fomentar la transición hacia una matriz energética más sostenible.
Proyectos destacados impulsadores de la transición energética
Perú: El parque solar Intipampa, ubicado en el departamento de Moquegua, es uno de los proyectos solares más grandes de América Latina. Con una capacidad instalada de 260 MW, este parque solar contribuye significativamente a la generación de energía limpia en Perú y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero4.
Parque Eólico Cerro Grande – Uruguay: Uruguay ha realizado importantes inversiones en energía eólica, siendo el Parque Eólico Cerro Grande uno de los ejemplos más destacados. Con una capacidad instalada de 50 MW, este parque eólico ha contribuido a diversificar la matriz energética del país y reducir las emisiones de CO25.
Planta Geotérmica Cerro Pabellón – Chile: Chile ha impulsado el desarrollo de energía geotérmica, y la Planta Cerro Pabellón es un proyecto pionero en esta tecnología en América Latina. Ubicada en la región de Antofagasta, esta planta tiene una capacidad instalada de 48 MW y aprovecha el calor del subsuelo para generar electricidad de manera limpia y renovable6.
Proyecto Fotovoltaico Naranjal – Brasil: Brasil está desarrollando el proyecto fotovoltaico Naranjal, que será uno de los mayores parques solares de América Latina. Con una capacidad prevista de 600 MW, este proyecto contribuirá significativamente a la generación de energía solar en el país y reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero7.
Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair – Ecuador: La Central Hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, ubicada en la provincia de Napo, es una de las mayores plantas hidroeléctricas de la región. Con una capacidad instalada de 1,500 MW, esta central genera energía limpia y renovable a partir del caudal del río Coca, contribuyendo a la reducción de emisiones y a la diversificación de la matriz energética de Ecuador8.
Conclusión
Los países suramericanos y latinoamericanos continúan promoviendo la inversión en energías renovables y desarrollando proyectos que aprovechan los recursos naturales disponibles, como la solar, eólica, geotérmica e hidroeléctrica, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y avanzar hacia un futuro energético más sostenible.
Fuentes
2.https://keelingcurve.ucsd.edu/
4.https://www.idom.com/proyecto/central-solar-intipampa-40mw
5.https://saceem.com/portfolio-tag/parque-eolico-cerro-grande/
7.https://www.bnamericas.com/es/perfil-proyecto/parque-fotovoltaico-el-naranjal
8.https://www.recursosyenergia.gob.ec/central-hidroelectrica-coca-codo-sinclair/