Inspenet, 23 abril 2023
Científicos de la Universidad de Cambridge han desarrollado un revestimiento iridiscente a base de plantas que se enfría cuando se expone a la luz solar. Una innovación que podría reducir la necesidad de aire acondicionado en casas, edificios y vehículos, con un impacto positivo en el medio ambiente.
Recientemente, investigadores desarrollaron una pintura ultrablanca que puede mantener las cosas más frescas, y ahora los científicos de la Universidad de Cambridge están recurriendo a nanomateriales de celulosa inspirados en la naturaleza que crearían casas iridiscentes que se autoenfrían.
“La forma habitual de generar un color es el tinte, pero el tinte absorbe la luz y se calienta, lo que contrarresta el efecto refrigerante”, explica Qingchen Shen, investigador postdoctoral de Cambridge que trabaja en el material y presentó la investigación en una reunión reciente de la American Chemical Society.
El revestimiento es una fina película de nanoestructura hecha de celulosa
Como los colores suelen calentar más las superficies, la mayoría de los revestimientos diseñados para enfriar son blancos. En lugar de utilizar colorantes, el equipo recurrió al color estructural, el mismo fenómeno que hace que las pompas de jabón o los caparazones de escarabajo parezcan iridiscentes. La luz incide en pequeñas estructuras de la superficie y rebota, reflejando diferentes longitudes de onda desde distintos ángulos para crear colores brillantes.
Sin embargo, como explica Shen, el color generalmente absorbe el calor, en lugar de reflejarlo, pero su invención de una fina película de nanoestructura hecha de celulosa bajo una fina capa de blanco fue capaz de generar más de 120 vatios de potencia de refrigeración, tanto como algunos aparatos de aire acondicionado.
“Queríamos que fuera barato”, añadió Shen. “Por eso utilizamos materiales a base de celulosa. Los nanocristales de celulosa pueden extraerse de la madera o el algodón. La celulosa es el polímero más abundante en la naturaleza”.
En un estudio, el material era 7,2 grados Fahrenheit más frío (o 4 grados Celsius) que el aire circundante durante el día. Por la noche, era casi 20 grados Fahrenheit más frío. Pegado sobre paredes o tejados, el material podría ayudar significativamente a refrigerar el interior de la casa y reducir bastante el consumo eléctrico.
Fotos: Universidad de Cambridge
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