Por: Franyi Sarmiento, Ph.D., Inspenet, 9 de agosto de 2022
Uruguay ha logrado convertirse en un país cuya matriz de generación de electricidad es casi enteramente renovable gracias al sol, viento y agua.
Según datos del Ministerio de Industria, Energía y Minería uruguayo de junio pasado, el 94% de la electricidad que se consumió durante 2020 provino de fuentes sustentables, con la energía eólica en primer lugar (40 %), seguida por la hidroeléctrica (30 %), la biomasa (20 %) y la solar (4%). Apenas el 6% de la matriz eléctrica se había originado con combustibles fósiles.
¿Cómo se gestó esta reconversión acelerada a fuentes verdes de generación de electricidad? Con un acuerdo político entre todas las fuerzas con representación legislativa, visión de largo plazo, liderazgo estatal e inversiones privadas.
“El pleno apoyo de todas las fuerzas políticas, la creación de un ecosistema transformador que permitió la llegada de inversiones y una gobernanza flexible abrieron la puerta a un cambio de matriz energética que se hizo en pocos años” explica Ramón Méndez, secretario de energía de Uruguay entre 2008 y 2015, durante los gobiernos del Frente Amplio, cuando se dio la primera transición hacia las energías verdes.
Por sus características geográficas, Uruguay puede generar un 30 % de la electricidad que consume en represas hidroeléctricas y también invirtió en otras renovables: un 40 % proviene de energía eólica.
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