La reciente demostración de AgileX Robotics ha dejado claro que la robótica está alcanzando niveles de habilidad que se asemejan a los de un operador humano entrenado. En colaboración con la empresa china Linkerbot, la empresa ha integrado su brazo robótico PiPER con la mano robótica Chius, logrando ejecutar tareas técnicas y repetitivas en entornos de laboratorio con una fluidez sorprendente.
Precisión y adaptabilidad: el nuevo enfoque robótico
Durante la demostración, el sistema robótico llevó a cabo tareas como el pipeteo, el manejo de tubos de ensayo, la apertura y cierre de frascos y la transferencia de líquidos, todo con movimientos que imitan la motricidad humana. Gracias a su estructura ligera de 4,2 kg, el brazo PiPER es capaz de ejecutar estos movimientos con una precisión de ±0,1 mm.
El brazo, con seis articulaciones y comunicación CAN, permite ser operado mediante control manual, programación en Python o integración con ROS1 y ROS2, ofreciendo una gran versatilidad para entornos industriales o de investigación. Su resistencia a temperaturas extremas y su construcción en aleación de aluminio lo convierten en un candidato ideal para tareas continuas bajo condiciones variables.
Un manipulador que siente lo que hace
La mano robótica Chius se caracteriza por incorporar agarre adaptativo y sensores que perciben la fuerza aplicada, permitiéndole manipular objetos de distintos tamaños y durezas sin comprometer su integridad. Su libertad de movimiento, con hasta 25 grados de articulación, le da la capacidad de realizar movimientos coordinados y naturales, fundamentales para tareas de laboratorio donde la delicadeza es clave.
Además, Chius utiliza comunicación inalámbrica maestro-esclavo para un control más fluido, ampliando sus posibilidades en trabajos que requieren sincronización remota o multirobot.
Implicanciones para la industria y la ciencia
El avance presentado por AgileX Robotics tiene implicaciones concretas en la automatización de procesos donde la interacción humana era indispensable hasta ahora. El nivel de destreza alcanzado por esta combinación robótica abre nuevas posibilidades para tareas de laboratorio que exigen repetibilidad, seguridad y consistencia.
Tanto en investigaciones biomédicas como en la industria farmacéutica, contar con un sistema que pueda replicar las acciones humanas con tal grado de exactitud podría optimizar flujos de trabajo, reducir errores y minimizar riesgos laborales.
Tecnología accesible y escalable
Un aspecto no menor es el costo del brazo PiPER de $2.499, una cifra considerablemente competitiva dentro del mercado de soluciones robóticas de alta precisión. Esto allana el camino para que laboratorios medianos o centros educativos tecnológicos puedan acceder a esta tecnología avanzada.
Con esta propuesta, AgileX Robotics da un paso firme hacia una robótica funcional, eficiente y adaptable, que responde a las exigencias del presente científico y tecnológico.
Fuente: AgileX Robotics