La Central Nuclear de Almaraz ha iniciado la madrugada del 5 de octubre, exactamente a las 23:59 horas, la penúltima recarga de combustible de su Unidad 2, una operación prevista en el calendario de cierre que culminará el 31 de octubre de 2028. Esta parada técnica, la número 29, tendrá una duración aproximada de 33 días.
Menos contrataciones por el inminente cierre
En esta ocasión se ha incorporado una plantilla adicional de 1.000 trabajadores, 200 menos que en ciclos anteriores. Esta reducción responde al hecho de que ya no se realizarán mejoras a largo plazo, teniendo como consecuencia un efecto negativo y progresivo sobre el empleo local en el Campo Arañuelo, con una pérdida estimada de 4.000 puestos de trabajo directos e indirectos al término de la explotación de ambas unidades.
Durante esta recarga se sustituirán 60 elementos combustibles, se llevará a cabo el mantenimiento de la turbina de baja presión número 2, la revisión de los sellos de las bombas de refrigeración del núcleo y se efectuarán distintas labores preventivas en los sistemas de seguridad. Todo se realizará con los estándares operativos requeridos por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Unidad 1: última recarga en 2026
Por otro lado, la Unidad 1 de la Central Nuclear de Almaraz se encuentra también en la recta final de su ciclo de vida. Según la autorización de explotación vigente, su fecha de cierre es el 1 de noviembre de 2027, por lo que en marzo de 2026 está previsto el inicio de su última recarga de combustible.
La sociedad propietaria y responsable de la gestión, operación y mantenimiento de la central, Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (CNAT) presentará antes de que finalice este mes la documentación de licenciamiento de cese al CSN.

Un cierre cuestionado por su impacto y fiscalidad
Desde el sector se advierte que la fiscalidad aplicada a las centrales nucleares en España, según informes independientes, es única en el mundo y hace inviable la continuidad de estas instalaciones. De hecho, se señala que sin un cambio en la tributación, las compañías propietarias (Iberdrola, Endesa y Naturgy) no podrán prolongar la vida útil de sus centrales.
Así mismo, expertos del ámbito nuclear y voces del Foro Nuclear han denunciado que mientras países como Estados Unidos alargan la vida de sus reactores hasta los 80 años o construyen nuevas instalaciones, España avanza en sentido contrario, aumentando su dependencia del gas y otras fuentes fósiles en un contexto energético incierto.
Compromiso hasta el último megavatio
Pese al contexto de cierre, CNAT ha reiterado su compromiso con la operación segura, fiable y eficiente de la central. Según la entidad, el objetivo es producir energía hasta el último megavatio hora, cumpliendo con todos los estándares de seguridad y sin alterar el suministro eléctrico nacional.