Los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un tipo de hormigón conductor, llamado EC³, con capacidades de funcionar como batería con una capacidad de almacenamiento energético diez veces mayor que la alcanzada en versiones anteriores.
La creación del hormigón conductor
El descubrimiento fue publicado en PNAS, y abre la posibilidad de que muros, aceras y puentes funcionen como gigantescos sistemas de almacenamiento capaces de almacenar energía renovable y liberarla según la demanda.
Este material se fabrica con cemento, agua, negro de humo ultrafino y electrolitos. Dicha integración genera una “nanorred” fractal que permite conducir electrones y almacenar energía en su interior. Tras aplicar una optimización de electrolitos y procesos de fabricación, los investigadores disminuyeron el volumen necesario para alimentar un hogar: lo que en 2023 requería 45 m³ de hormigón, hoy solo necesita 5 m³, equivalente a la pared de un sótano.
Queremos que el hormigón, ya el material más usado en el mundo, sea también multifuncional: que pueda almacenar energía, autorepararse y hasta capturar carbono.
Admir Masic, autor principal del estudio y codirector del EC³ Hub en el MIT.
Con los nuevos electrolitos, especialmente las sales de amonio combinadas con acetonitrilo, un metro cúbico de EC³ puede almacenar más de 2 kWh de energía, suficiente para mantener en funcionamiento un refrigerador durante un día.
Los investigadores han probado su uso en Japón, donde se empleó para calentar losas de aceras en Sapporo, evitando el uso de sal en invierno. A futuro, prevén carreteras capaces de cargar vehículos eléctricos, plazas de aparcamiento autosuficientes y viviendas sin conexión a la red.
Fuente y foto: MIT