Cemento vivo: el material que también almacena energía
Un equipo científico de la Universidad de Aarhus a desarrollado cemento vivo, un material de biohíbrido que combina cemento tradicional con bacterias para crear un supercondensador capaz de almacenar y liberar energía eléctrica. Las bacterias en cuestión son Shewanella oneidensis, conocidas por su capacidad de transferir electrones al exterior.
¿Cómo funciona el cemento vivo?
Estas bacterias son naturales y no tóxicas y al estar incrustadas en la mezcla de cemento, estas generan una red funcional de carga, capaz de actuar como una red de carga interna que puede almacenar energía sin comprometer las propiedades estructurales del material.
Durante las pruebas, los investigadores demostraron que el material puede cargar y descargar energía de forma repetida, soportando condiciones ambientales extremas como congelación o calor intenso. Al conectar seis bloques en serie, consiguieron alimentar una luz LED de manera autónoma.
¿Cemento que revive?
Con el tiempo, la actividad bacteriana dentro del cemento se reduce debido a la falta de nutrientes, por lo que para contrarrestarlo, se diseñó una red microfluídica interna capaz de suministrar una solución nutritiva rica en proteínas, vitaminas y sales. Pero incluso si las bacterias mueren por falta de nutrientes o estrés ambiental, el sistema puede recuperar hasta el 80% de su capacidad energética original al ser alimentado con una por esta solución.
¿Qué aplicaciones tendría este material?
- Viviendas y muros autosuficientes: Según el equipo de la Universidad de Aarhus, una habitación construida con este cemento podría almacenar hasta 10 kWh solo en sus paredes, suficiente para alimentar un servidor empresarial durante 24 horas.
- Puentes con sensores energizados: En infraestructuras públicas, como puentes o túneles, el cemento con bacterias podría alimentar sensores estructurales sin cables ni mantenimiento constante.
- Microrredes urbanas descentralizadas: Integración con otros sistemas de energía renovable para crear redes locales resilientes, capaces de operar de forma autónoma o conectadas a la red principal.
El futuro de la construcción energética según Aarhus
El equipo liderado por Qi Luo sostiene que este avance marca una frontera entre los materiales tradicionales y las soluciones activas, en las que la infraestructura colabora directamente con el entorno energético. Más que una curiosidad científica, el proyecto pretende descentralizar el almacenamiento energético, empoderando cada edificio, muro o puente como actor dentro de la red eléctrica local.
Tanto en zonas urbanas como rurales, el cemento vivo puede servir como soporte para paneles solares, turbinas eólicas o redes autónomas si se logra aumentar la cantidad de energía que ese puede almacenar.

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