La Antártida: Del Blanco al Verde por el Cambio Climático

Cambios ecológicos revelan impactos globales significativos.
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La Antártida tal y como la conocemos se desvanece; comenzó a desaparecer entre hace unos 30 y 40 años. Y aunque los científicos no pueden pronosticar la fecha exacta de un deshielo total, existe la posibilidad de que esto ocurra. Investigadores de la Universidad de California y científicos de la NASA, han afirmado que: “es tan solo un asunto de tiempo, es importante conocer si esto ocurrirá en un periodo de 500 años, o en menos de 100”. Es posible que generaciones futuras solo puedan estar al corriente de la existencia de lo que fue este continente helado a través de lo que, considerarán unas atrasadas y primitivas fotos de satélite.

Lo que nadie ha visto hasta ahora: así es la Antártida bajo el hielo

Bajo el hielo de la Antártida hay tierra firme, todo un continente que apenas podemos vislumbrar desde las bases científicas, cuando en esta época comienza el verano austral y llegan nuevas expediciones. Sin embargo, actualmente conocemos con mayor precisión qué hay debajo de esa capa blanca y cómo es de vulnerable al cambio climático. Un equipo de glaciólogos liderados por la Universidad de California en Irvine ha publicado el mapa topográfico más preciso elaborado hasta ahora (Imagen 1).

Radares y cálculos sobre el movimiento del hielo dibujan los contornos del continente blanco y revelan un nuevo mapa con sorpresas nunca vistas hasta ahora.Y es que, bajo el hielo del Ártico, subyace un contiene terrestre que tarde o temprano, con el derrumbe del hielo, emergerá a la superficie. Una vez que el indlandsis (el casquete glaciar que cubre una superficie continental) de la Antártida sucumba al aumento de la temperatura, se supone que nuevos y desconocidos ecosistemas se asentarán sobre el territorio emergente. Al día de hoy es conocido que bajo la masa de hielo existe todo un sistema de ríos y lagos subterráneos.

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Imagen1. Cortesía de la NASA.

 Es precisamente la Antártida donde se almacena hasta el 80% del agua dulce de la Tierra, además de ser el continente con mayor humedad subterránea de promedio. En este sentido los científicos se han referido a la Antártida y a sus microorganismos como el mayor ecosistema de humedad del mundo, y por lo que, en la actualidad, vuelven a dirigir su mirada, esta vez no prestando tanta atención al hielo que desaparece, sino al nuevo mundo que en la actualidad yace oculto bajo este, quizá, esperando paciente su turno [1].

Del blanco al verde

El cambio climático está causando que partes de la Antártida costera se vuelvan verdes por el florecimiento de algas, que se extienden a medida que suben las temperaturas. Pueden verse desde el espacio el crecimiento de algas microscópicas en partes de la Antártida, que están convirtiendo en verde el continente blanco por efecto del cambio climático, (Imagen 2).

Pequeñas algas que se vuelven verdes sobre la nieve proliferan en las costas antárticas. La Antártida sucumbe ante el cambio climático:  Del blanco al verde
Imagen 2. Pequeñas algas que se vuelven verdes sobre la nieve proliferan en las costas antárticas. Foto: Matt Davey

Esta nieve verde se extenderá por la Antártida a medida que sigan aumentando las temperaturas globales. La revista Nature en su artículo titulado “Cimate change drives expansion of Antarctic ice-free hábitat” publico en su primera evaluación cuantitativa del impacto del cambio climático en las zonas libres de hielo de la Antártida durante el siglo XXI. El área libre de hielo cubre en la actualidad tan sólo un 1% del continente, sin embargo, alberga el total la biodiversidad terrestre Antártica. Así, en el artículo se defiende que en el estudio de las dinámicas del continente esta biodiversidad ha sido indebidamente considerada y pasada por alto en gran parte de las investigaciones [2].

Durante años, el principal foco de atención en el estudio del cambio climático en el continente antártico se ha centrado en la dinámica del hielo y sus efectos sobre el nivel o la salinidad del mar. Esto ha dado lugar a una carencia significativa en nuestra comprensión su impacto en las especies antárticas, los potenciales ecosistemas emergentes, así como su futura conservación.

Por el contrario, la evaluación de cómo se ven afectadas por el calentamiento global las especies antárticas nativas entre las que se incluyen desde focas, aves marinas, artrópodos, nematodos hasta especies vegetales y microorganismos comenzó hace relativamente poco.

Es posible que en algunas partes del continente como en la península Antártica Occidental puedan hasta triplicarse las zonas libres de hielo. Pero para el equipo de investigación, la situación es reversible. “Para evitar el deshielo de la mayor parte de la Antártida debemos dejar la mayoría de los combustibles fósiles en el subsuelo”, informa el experto quien asegura que esto cambiaría por completo nuestros sistemas de producción de energía y consumo. “De este modo no usaremos la atmósfera como vertedero de CO2”. El estudio demuestra que, si el aumento de las temperaturas no excede los 2 ºC, el derretimiento del continente helado causaría incrementos del nivel del mar de tan solo unos metros y serían aún manejables. Sin embargo, un mayor calentamiento global podría cambiar las capas de hielo del este y oeste de forma categórica y cada décima de grado adicional acrecentará el riesgo de una pérdida total e irreversible del hielo de la Antártida.

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estima que aún quedan 10 billones de toneladas de reservas de petróleo, gas y carbón en el subsuelo. La quema de estos combustibles fósiles arrojará importantes emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, provocando un aumento de las temperaturas del océano y el consecuente deshielo de la Antártida. Pero, ¿qué pasaría si todo el continente helado se derritiera? [3]. 

La importancia que la Antártida posee es la de ser una reserva de especies únicas. Los experimentos que se hacen en las bases de la Antártida son valiosos, pero estos deben hacerse con cuidado y consideración por la biota existente. Es necesario reducir el impacto del calentamiento global, no solo individual sino colectivamente. Objetivos como los del Acuerdo de París (aumento de temperatura antropogénica menor o igual a 2 °C), de cumplirse, reducirán el impacto en la biodiversidad del continente helado [4]. 

La imagen de una Antártida verde resulta al menos curiosa, incluso hasta fantástica. Pero si me preguntan, la prefiero una y mil veces blanca.

Referencia bibliográfica

[1] https://www.nationalgeographic.com.es/temas/cambio-climatico?_page=2#actualidad.

[2] Lee J expansion of Antarctic ice-free habitat. Nature. 2017 Jul 6;547(7661):49-54. doi: 10.1038/nature22996. Epub 2017 Jun 28. PMID: 28658207.R, Raymond B, Bracegirdle TJ, Chadès I, Fuller RA, Shaw JD, Terauds A. Climate change drives.

[3 ]Winkelmann, R., Levermann, A., Ridgwell, K., Caldeira, K. (2015). “Combustion of available fossil-

fuel resources sufficient to eliminate the Antarctic Ice Sheet”.

[4].  United Nations Framework Convention on Climate Change. Conference of the Parties to the United Nations Framework Convention on Climate Change; 2015.

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