Por: Dra. Franyi Sarmiento, Ph.D., Inspenet, 22 de marzo 2022.
Investigadores de la Universidade Estadual Paulista, en Brasil, lograron crear un plástico biodegradable, comestible, antimicrobiano y más resistente, utilizando gelatina, arcilla y una nanoemulsión de aceite esencial de pimienta negra y que puede emplearse en la fabricación de envases de alimentos.
El estudio fue realizado por el Grupo de Compuestos y Nanocompuestos Híbridos (GCNH) del Departamento de Física y Química de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en su campus de la localidad de Ilha Solteira, en Brasil. Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP y sus resultados se publicaron en la revista Polymers.
Para fabricar su “bioplástico” –o “plástico verde”, como también se lo denomina–, el grupo utilizó como materia prima principal la gelatina incolora tipo B, extraída del tuétano de vaca y fácilmente hallable en supermercados y otros establecimientos comerciales.
“La gelatina fue uno de los primeros materiales utilizados en la producción de biopolímeros y sigue empleándosela mucho debido a su abundancia, su bajo costo y sus excelentes propiedades para la formación de películas”, dice la química Márcia Regina de Moura Aouada, docente de la Facultad de Ingeniería de Ilha Solteira (Feis-Unesp) y coordinadora del estudio.
“Sin embargo, los envases elaborados a base de biopolímeros suelen exhibir características que deben mejorarse para volverse equiparables a los fabricados a base de derivados de petróleo. Esto es especialmente importante en lo concerniente a las propiedades mecánicas y de barrera a los vapores. Por este motivo, le agregamos a la gelatina la arcilla cloisita Na+”, comenta la investigadora.
Con el agregado de esta arcilla, se obtuvo una película más homogénea, capaz de soportar en promedio tracciones del orden de los 70 megapascales (70 MPa). En los plásticos convencionales a base de polietileno, la resistencia a la tracción suele variar entre los 20 MPa y los 30 MPa, menos de la mitad de la que se alcanza con el bioplástico.
“Además de la arcilla, le añadimos a la mezcla también una nanoemulsión de aceite esencial de pimienta negra. El objetivo en este caso consistió en obtener un envase comestible más atractivo en términos de sabor y aroma. Y que además pudiera extender la vida útil del alimento envasado mediante el agregado de componentes antimicrobianos y antioxidantes a la matriz polimérica”, afirma De Moura Aouada.
Cabe remarcar que el bioplástico en cuestión fue proyectado para envasar la carne bovina en forma de hamburguesas, un alimento bastante susceptible a la contaminación microbiana y que presenta un olor muy acentuado. Pero el principio general de añadirle arcilla y nanoemulsiones de aceites esenciales a la matriz de gelatina puede extenderse y se extenderá a otros tipos de alimentos, con variaciones caso a caso del tipo de aceite esencial y de la proporción aplicada.
Aparte del bioplástico mencionado, el grupo produce apósitos a base de celulosa bacteriana. Y envases comestibles con nanoestructuras derivadas de puré de col, puré de cacao, puré de copuazú (Theobroma grandiflorum), extracto de camu-camu (Myrciaria dubia, una fruta de la familia de las mirtáceas) y nanoemulsiones con potencial de aplicación en las industrias de alimentos, fármacos y cosméticos.
Fuente y Foto: DICYT: https://www.dicyt.com/noticias/obtienen-un-plastico-biodegradable-comestible-antimicrobiano-y-mas-resistente-que-el-convencional