Un avance en revestimiento de vidrio que busca un ahorro energético

Una nueva capa ultradelgada de nitruro de boro dopado con carbono optimiza la eficiencia térmica del vidrio incluso en exteriores
El desarrollo de un revestimiento de vidrio

Las ventanas podrían convertirse en un punto para mejorar el aislamiento energético de los edificios. Un grupo internacional de investigadores, liderado por la Universidad Rice en colaboración con instituciones de Asia y América del Norte, ha desarrollado un revestimiento de vidrio de nitruro de boro dopado con carbono (BN-C) que destaca por su capacidad para reflejar el calor, resistir el deterioro ambiental y mantener una alta transparencia óptica.

El desarrollo de un revestimiento de vidrio

Este nuevo revestimiento forma una película transparente que actúa como una barrera térmica pasiva. Gracias a su baja emisividad, reduce significativamente la pérdida de calor en climas fríos, lo cual se traduce en un ahorro energético estimado del 2,9 % respecto a soluciones tradicionales, según simulaciones en edificios ubicados en ciudades como Nueva York, Pekín y Calgary.

Una de las claves del desarrollo es el método de fabricación: deposición láser pulsada a temperatura ambiente. Esta técnica evita el uso de calor durante el proceso, lo que permite aplicar el recubrimiento directamente sobre vidrio sin alterar su estructura. Además, la película resultante resiste arañazos, humedad, radiación ultravioleta y fluctuaciones térmicas, características que le otorgan una durabilidad excepcional incluso en entornos exteriores.

A diferencia de los recubrimientos convencionales de baja emisividad que deben colocarse en la cara interior del vidrio para evitar su degradación, esta solución BN-C puede instalarse en la superficie externa. Esta característica amplía sus posibilidades de aplicación en edificaciones densamente urbanizadas y estructuras expuestas a condiciones severas.

El equipo investigador señala que la tecnología puede adaptarse a métodos de producción escalables como la deposición química en fase de vapor o la pulverización catódica. Esto permitiría su implementación industrial en ventanas, polímeros e incluso materiales flexibles o superficies biológicas.

Con más de 4000 millones de pies cuadrados de nuevas ventanas instaladas anualmente solo en Estados Unidos, el potencial de ahorro energético global es significativo. A esto se suma la viabilidad económica del nitruro de boro, que resulta más accesible que los materiales típicamente usados en vidrios comerciales de baja emisividad, como óxidos de plata o indio.

El desarrollo del recubrimiento BN-C es un avance técnico y una oportunidad estratégica en el diseño de soluciones constructivas sostenibles. Además, su integración en sistemas de vidrio inteligente puede contribuir a minimizar la demanda energética de edificios sin comprometer la estética ni la visibilidad.

Con esta innovación, las ventanas dejan de ser puntos débiles en el aislamiento térmico y se convierten en superficies activas capaces de mejorar la eficiencia energética urbana, incluso en climas extremos.

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Fuente y foto: Rice University