La empresa energética, Equinor, ha suspendido la planificación de su gasoducto de hidrógeno que conectaría Noruega y Alemania. Este proyecto, valorado entre 4.000 y 6.000 millones de euros, se consideraba clave para transportar hidrógeno azul hacia Alemania, pero la falta de una demanda sólida y transparencia regulatoria ha bloqueado los avances.
La suspensión del gasoducto de hidrógeno
El gasoducto iba a exportar hidrógeno producido a partir de gas natural noruego, utilizando tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CAC) para reducir las emisiones. Sin embargo, los cambios en la estrategia energética alemana y la incertidumbre sobre el uso del hidrógeno en sectores industriales, tales como el acero y la energía, han hecho que el proyecto no sea comercialmente viable en esta etapa.
Magnus Frantzen Eidsvold, representante de Equinor, explicó: “No podemos invertir miles de millones de euros sin tener mercados y contratos a largo plazo asegurados”. En principio, la empresa había firmado un acuerdo con RWE, para abastecer sus plantas con hidrógeno, pero estos planes han quedado en suspenso tras las últimas declaraciones.
El operador noruego de gasoductos en alta mar, Gassco, había señalado que el proyecto era técnicamente posible. No obstante, queda en el aire si se desarrollará sin el apoyo de Equinor. La capacidad prevista del gasoducto era de 10 GW para 2038, lo que se traducía a transportar 2,6 millones de toneladas anuales de hidrógeno hacia el mercado europeo.
A pesar de este revés, la empresa Equinor continuará explorando otros proyectos de hidrógeno, particularmente en el Reino Unido y los Países Bajos, donde las condiciones del mercado son más favorables. Además, RWE ha indicado que sus planes para plantas de energía listas para hidrógeno en Alemania siguen en pie, aunque el hidrógeno tendrá que ser adquirido dentro del continente.
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Fuente: Argus Media
Foto: Shutterstock