El inspector

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Resumen.

Breve disertación acerca de los rasgos del inspector de Ensayo No Destructivos (END) y peculiaridades de nuestro trabajo como inspectores industriales; el cual, no sólo se limita a detectar discontinuidades, o defectos, sino que aporta conocimientos empíricos en en la solución de problemas técnicos a nivel industrial.

Introducción.

El trabajo de un inspector de Ensayo No Destructivo (END), es usualmente poco conocido. Hablaremos un poco acerca de algunos de sus aspectos, tanto para aquellos profesionales ya expertos, como para los novatos que desean conocer un poco más de este vasto universo que son los Ensayos No Destructivos. Nombre mágico, que ha capturado con esa definición a más de un curioso. Incluido quien suscribe. Para los que hemos estado algún tiempo desempeñándonos en esta labor, con tanta agua bajo el puente que ha pasado desde la época de los martillazos para “detectar” defectos de fundición en las ruedas de tren en base al sonido, definir nuestra profesión se hizo gradualmente más complicado.

Desde el UT simple de haz recto, hasta técnicas superavanzadas aún en investigación, nuestra profesión se ha visto increíblemente dotada de tecnología de todo tipo.

Pareciera que la medicina es uno de los campos que puede compararse en cuanto a los desarrollos de elementos, técnicas y métodos de diagnóstico disponibles en nuestra línea de trabajo. Y aún queda por verse cómo nos impactará el desarrollo de drones de todo tipo, la Inteligencia Artificial estrecha (Narrow AI) y el machine learning. Ya podemos ver cómo el procesamiento avanzado de señales y el análisis de imágenes nos ha ayudado. En el área de la medicina, con el uso de la Inteligencia Artificial (IA) ya los diagnósticos se han hecho mucho más precisos. Avances que con el correr del tiempo van formando parte de nuestras vidas en el día a día.

El inspector en muchos casos no se limita a detectar discontinuidades o defectos y dimensionarlos, sino que aportamos (a veces con ciertas reservas por experiencias poco positivas), conocimiento empírico que nos ha costado lo nuestro.

Meditando un poco sobre nuestra profesión, me llama la atención ver cuántos ingenieros o técnicos noveles desconocen lo que hacemos los inspectores de Ensayos No Destructivos. No es que sea una ciencia oculta ¿verdad?  Tampoco que haya que formar parte de alguna logia secreta para poder ser un inspector de END. Al menos no todavía.

A cuantos de nosotros no nos han interrogado inocentemente en alguna reunión preguntándonos algo como… y usted…a qué se dedica?

Luego de haberle dado un par de vueltas en la cabeza buscando una respuesta corta, muchos de nosotros decimos “soy inspector de control de calidad”  o una respuesta más o menos por el estilo para no dar muchas explicaciones.

Y es que el inspector está acostumbrado a actividades como subir 60 metros por una escalera vertical de mano con un equipo a cuestas, o trabajar en un tanque de crudo vacío de 100.000 Bls. durante 8 horas con una máscara de vapores orgánicos. Ingresar a sitios a los que muchas personas no lo harían, como un recipiente, una torre de fraccionamiento, dentro de una tubería, o uno similar. Ya es nuestro hábitat. Parte del día a día. Y eso sabemos que requiere autocontrol, disciplina y muchísimo sentido común. Cosa que no necesariamente abunda, para decir la verdad.

Cada vez que observo a un “inspector” (término que a mi entender nos queda muy corto, demasiado corto) realizar su trabajo, pienso en todas las consecuencias aguas abajo de esa labor. En cuánta confianza en la labor de los inspectores deben tener los operadores que turno tras turno hacen lo suyo en el perímetro de su planta. Aunque la labor del inspector no necesariamente está tan a la vista como la de otros involucrados en las labores de mantenimiento, su importancia no deja de ser muy alta. Y por supuesto la responsabilidad asociada.

Para cumplir cabalmente con esa responsabilidad, nuestra profesión requiere un alto nivel de atención al detalle. El diablo está en los detalles, dice el dicho. Pasar por alto algo que a primera vista pareciera poco importante, puede tener consecuencias serias en el mediano plazo. Y es algo que los inspectores noveles deben entender y asimilar casi tan bien como los criterios de rechazo que nos exige un cliente.

Puede transmitirse mucho a las generaciones que vienen con intención expresa de dedicarse a esta área de la ingeniería. Por ejemplo, un inspector de END que no tenga la voluntad de ser autodidacta, difícilmente podrá explotar al 100% su potencial. Sabemos lo costosos que son los entrenamientos y certificaciones, y lo imprescindibles que son al momento de ejecutar un servicio.

Por ende, mientras mejor sea nuestra disposición para aprender, o para refrescar conocimientos en nuestro tiempo “libre”, más y mejores herramientas tendremos al momento de realizar una inspección en campo.

Un factor decididamente sub valorado, es la habilidad para la comunicación de que disponga el inspector. No tanto la expresión oral, sino la escrita. Un reporte escrito con una narrativa similar a un monólogo no es un buen indicio. Su importancia es alta y es un rasgo que puede (y debe) ser mejorado, en caso de ser punto de mejora por nuestro inspector. Las ambigüedades o fraseologías que puedan parecer remotamente vagas pueden generar atención innecesaria, y opacar un excelente trabajo de campo de un inspector con gran experiencia y conocimiento.

Y es que el resultado de una inspección estará sujeto seguramente al análisis por parte de un equipo de ingenieros de diferentes disciplinas, con experiencia, preparación y algunos hasta con gusto por las disecciones. Los lectores con más tiempo en el área sabrán exactamente a qué me refiero, verdad?

Los reportes e informes serán considerados por especialistas como en caso de ser necesarios para soportar acciones importantes de mantenimiento; la palabra de un inspector es base fundamental para su credibilidad en el futuro.

Y hablando de futuro, es importante para el de nuestra apreciada profesión la difusión de ciertas verdades, al menos entre los profesionales jóvenes que están iniciándose en el área, o cuyas labores de alguna forma están vinculadas con los Ensayos No Destructivos (END).

Entre estos hechos tenemos: que la seguridad y confianza que ostenta un buen inspector se logran en base a experiencias positivas en los resultados.

Que el conocimiento técnico, obtenido con la dedicación al estudio es imprescindible para ello. Las certificaciones consisten en formalidades para avalar requisitos mínimos de conocimiento, es verdad. Pero su carácter e incluso la metodología aplicada en las evaluaciones, como la campana de Gauss, nos permiten llegar a un buen grado de tranquilidad al momento de tener un panorama de las herramientas con las que cuenta un profesional de la inspección.

Que un buen mentor debe ser apreciado y que la mejor herramienta es la honestidad al momento de emitir resultados. En el mundo industrial, lamentablemente nos encontraremos con una vasta fauna y tristemente, no todos sus habitantes resultan ser honestos y confiables.

Esto nos lleva, para culminar, a enfatizar qué tan clave es otro rasgo más que un buen inspector debe poseer: la honestidad. Tan importante como todos los aspectos mencionados. Su credibilidad, y su disposición para una correcta ejecución son tan buenos activos como la experiencia y el conocimiento que pueda exhibir.

Nos vemos en el próximo artículo! https://inspenet.com/articulos/

Éxitos!

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Sobre el autor:

Ing. José Martínez de Munck. 15 años de experiencia en Inspección de equipos para las Industrias de Petróleo y Gas

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