Un innovador tipo de plástico creado a base de algas ha mostrado resultados prometedores al no generar microplásticos, según se detalla en un estudio. Este material, al ser descompuesto en micropartículas, puede biodegradarse convirtiéndose en compost y agua en un plazo inferior a siete meses.
Los científicos tras este avance, provenientes de la Universidad de California en San Diego y Algenesis, una compañía especializada en ciencia de materiales, sugieren que este plástico podría eventualmente sustituir a los derivados del petróleo, conocidos por sus repercusiones negativas tanto en la salud humana como en el medio ambiente.
El equipo investigador ha abordado la problemática de la contaminación por microplásticos desde una nueva perspectiva, creando un polímero vegetal capaz de descomponerse completamente en un tiempo relativamente corto. Michael Burkart, profesor en UC San Diego, co-fundador de Algenesis y co-autor del estudio, expresó la importancia de hallar alternativas sostenibles que puedan descomponerse al final de su ciclo de vida, evitando la acumulación en el entorno natural.
Un plástico creado a base de algas biodergradable
El proceso de biodegradación, esencial para este descubrimiento, involucra la descomposición de los polímeros por acción de microorganismos en componentes más simples, un proceso que depende de la presencia de enlaces químicos accesibles a las enzimas microbianas. “Desde que comenzamos a desarrollar estos polímeros a base de algas hace seis años, nuestra meta ha sido lograr que sean completamente biodegradables“, afirmó Robert Pomeroy, otro co-fundador de Algenesis y co-autor del estudio, resaltando que este es el primer análisis que demuestra su descomposición en micropartículas.
Este esfuerzo se originó de un proyecto anterior dirigido por Pomeroy, Burkart y Stephen Mayfield, que inicialmente buscaba convertir algas en combustible, y posteriormente derivó hacia la creación de un poliuretano biodegradable. Los investigadores recurrieron a la lija para generar microplásticos del polímero TPU-FC1 y otros materiales, y mediante diversas pruebas, evaluaron la biodegradabilidad del material.
Los resultados mostraron que el TPU-FC1 experimentó una notable disminución en su presencia como microplástico, tanto en compost como en agua, destacando su potencial de biodegradación.
Por su parte, Stephen Mayfield, también co-autor del estudio, subrayó la relevancia de este material como una solución que va más allá de mitigar el problema de los residuos en vertederos, al ser un plástico que no contribuye a la problemática de los microplásticos. Algenesis, por su parte, ha iniciado colaboraciones para aplicar este material en la producción de textiles recubiertos y fundas para teléfonos móviles, mostrando su viabilidad en la fabricación convencional.
Más allá de su aplicación en productos de consumo, el potencial de este plástico basado en algas abre nuevas perspectivas para su uso en sectores como la medicina y la agricultura, donde la biodegradabilidad puede contribuir significativamente a reducir el impacto ambiental y mejorar la sostenibilidad.
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Fuente: newatlas.com
Foto: shutterstock