Antecursor II: el robot de inspección de plantas fotovoltaicas

Isbel Lázaro.
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robot de inspección de plantas fotovoltaicas

Con una autonomía que supera las 30 horas, el Antecursor II es un robot de inspección de plantas fotovoltaicas que busca de anomalías térmicas en la parte superior de los paneles y simultáneamente en todas sus estructuras inferiores, además de desbrozar el terreno.

Arbórea Intellbird presentó el Antecursor II, un robot autónomo de inspección para grandes infraestructuras que funciona completamente con energía eléctrica renovable. Según la compañía, es el primer robot civil capaz de operar de manera autónoma en cualquier lugar del mundo gracias a la cobertura satelital de la red Starlink.

Actualmente, está en funcionamiento en plantas fotovoltaicas en España. El robot está construido con aleaciones aeroespaciales, pesa 285 Kg y utiliza patentes de la compañía. Un conjunto de sensores termográficos de alta resolución recopila miles de mediciones por segundo y estos datos se evalúan mediante un proceso de inteligencia artificial patentado por Arbórea, basado en una combinación de hardware y software desarrollado por la empresa salmantina.

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Según la explicación de la empresa, el Antecursor II se mueve de manera automática con precisión centimétrica gracias a un proceso patentado por Arbórea inspirado en las estrategias de caza de la gineta, un depredador nocturno capaz de desplazarse con precisión en la oscuridad.

Robot de inspección de plantas fotovoltaicas Antecursor II

Con el respaldo de la red satelital Starlink, el sistema de comunicaciones permite a Arbórea monitorear en tiempo real toda la flota de robots desplegada en plantas fotovoltaicas remotas a través de su herramienta patentada, la “Torre de control virtual”. Esta plataforma recibe automáticamente información en tiempo real sobre el estado de los sistemas de cada robot, así como alertas relacionadas con las anomalías detectadas.

Es importante señalar que el robot tiene dos funciones principales: la vigilancia autónoma de la infraestructura fotovoltaica, buscando anomalías térmicas no solo en la parte superior de los paneles, como hacen los drones, sino también simultáneamente en todas sus estructuras inferiores, como presillas, portafusibles, grapas o cableado, que escapan a la vista aérea y son propensas a generar puntos calientes de riesgo.

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El Antecursor II cuenta con una autonomía que supera las 30 horas

Así mismo, el sistema identifica y evalúa anomalías según las condiciones de la planta, proporcionando una detección temprana de posibles fallos en tiempo real. Como resultado, los técnicos de la empresa propietaria del parque reciben alertas en sus teléfonos móviles con información sobre la anomalía, su ubicación y una termografía con valores de referencia. Esto permite una intervención temprana para evitar riesgos de incendio. Además, el robot cuenta con un sistema integrado de desbroce de vegetación fabricado con materiales aeronáuticos para generar un triturado fino de la vegetación o “mulching”.

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Fuente y fotos: pv-magazine.es

Video: Universidad de Salamanca

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